Queridos hermanos y hermanas, buenos días,
en la Liturgia de hoy escuchamos estas palabras de la Carta a los Hebreos: «Corramos con perseverancia al combate que se nos presenta. Fijemos la mirada en el iniciador y consumador de nuestra fe, en Jesús» (Heb 12,1-2). Es una expresión que debemos subrayar de forma particular en este Año de la fe. También nosotros, durante todo este año, tenemos la mirada fija en Jesús, porque la fe, que es nuestro “si” a la relación filial con Dios, viene de Él; viene de Jesús: es Él el único mediador de esta relación entre nosotros y nuestro Padre que está en el cielo. Jesús es el Hijo, y nosotros somos hijos en Él.