“La realidad de tu vida y de la mía tiene que estar con la luz encendida. ¿Qué luz? La que la Iglesia nos muestra. Dentro de nosotros tenemos una conciencia que ilumina y que nos dice qué está bien y qué está mal, esa conciencia hay que educarla desde niños y hay que despertar la dimensión de lo que significa el espíritu”, expresó el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de fe del sábado 10 de noviembre.
Mencionó que ir por la vida con las luces apagadas es un peligro porque uno atropella a todos los que están en el camino, no los ve ni los valora.
“Es importante reflexionar sobre la necesidad, el deseo de conocer algo que va más allá de lo inmediato: conocer a Dios, que no es como aprender física o alemán, sino que es aprender a pensar y amar; son asignaturas que no están ni en los colegios ni en las universidades ni en las calles”, señaló.
“El Papa lo decía de una manera muy bonita: El deseo de conocer a Dios, de conocer la fe, de responder a la pregunta ¿por qué estoy en el mundo?, a esa pregunta hoy es muy difícil encontrar una respuesta que tenga un eco en la persona y la empiece a animar y a buscar a ese Dios”, prosiguió.
Comentó que si a uno no le interesa saber su razón de existir en el mundo y la finalidad de su vida se genera una insatisfacción que produce respuestas mesiánicas y fundamentalistas de violencia y pensamiento único, en la que aparecen los falsos dioses del dinero, el poder y la imagen.
“Esos dioses pequeños generan un terrorismo espiritual que luego desemboca en el terrorismo material. ¿Cuál es la respuesta? Abramos nuestro pensamiento con fe a que hay algo que trasciende, algo que no está enganchado solamente al dinero o al poder, volvamos a pensar un poco en el tiempo que los padres le dedican a sus hijos, volvamos a pensar en el modo en que se educan a los chicos en el colegio”, reflexionó.
Animó a evitar continuar con ese planteamiento materialista en que el dinero es lo más importante. “Lo que acabamos de ver en las elecciones de Estados Unidos, donde se ha querido polemizar sobre el dinero. Lo que estamos viendo en general en este país es que hay una bonanza económica pero una fragilidad en el respeto de la familia, de las personas, de los niños. Por eso van surgiendo respuestas peores que la solución: Como no estoy de acuerdo de acuerdo con los sueldos aparecen temas como el Movadef, la revocatoria o Conga”.
Manifestó también la importancia de enseñar a los jóvenes a valorar la alegría de la familia y de la amistad, y no privilegiar los caprichos materiales porque esto conduce a que se genere un vacío espiritual que lleva aceptar barbaridades como la aprobación de la marihuana recreativa en Estados Unidos.
“Acaban de aprobar en Estados Unidos, en dos estados, el uso de la marihuana recreativa. Que vengan esos caballeros al VRAEM y que cultiven su marihuana recreativa. Para qué estamos luchando contra las drogas si los demócratas han decidido que la droga recreativa está bien. Estos contrastes pasan igual en los colegios”, afirmó.
“Los sabios de las reformas educativas, los sabios de la inclusión, no consideran al ser humano, consideran objetos de consumos. ¡No! Yo quiero que todos puedan ser considerados como personas, que coman y tengan casa, pero también que sean gente honrada, honesta, ordenada y respetuosa”, continuó.
Finalmente, exhortó a las familias a poner en agenda a ese Dios que quiere participar del mundo de hoy a través de la enseñanza de la religión y de la filosofía, que muchas veces son excluidos de los currículos de los colegios.
“Le pido a todas las familias que pongan en su agenda que Dios los busca; tengan ese deseo de encontrarlo, eduquen a sus hijos en esa capacidad de poder remontarse a ese amor y a esa amistad, que no es una teoría, es una realidad”, concluyó.
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