La Iglesia reconoce la santidad de Luis Guanella este domingo
Este domingo 23 de octubre, la Iglesia reconocerá la santidad del
italiano universal Luigi Guanella, fundador de la congregación de las
Hijas de Santa María de la Providencia y de la Congregación de los
Siervos de la Caridad.
Su obra se extiende a veinte países, desde
los que se vivirá con entusiasmo este paso definitivo del proceso de
canonización del santo de la Caridad.
En varios países americanos de habla española, está muy presente la
obra de Don Luis Guanella, informa a ZENIT José Antonio Grau, de la Obra
Don Guanella, desde Argentina.
San Luis Guanella nació en Fraciscio de Campodolcino, Sondrio,
Italia, el 19 de diciembre de 1842, hijo de Lorenzo y de María Bianchi.
Terminados los estudios en el colegio Gallio y en el seminario
diocesano de Como, donde recibió la ordenación sacerdotal el 26 de mayo
de 1866, ejerció su ministerio durante nueve años en la diócesis,
primero en Prosto y después en Savogno.
Tanto en el colegio como en el seminario, destacó por su piedad y amor al estudio. El
26 de mayo de 1866, Luis Guanella fue ordenado sacerdote en Como y el
31 de mayo, celebró en Prosto su primera misa. Su lema de ordenación
fue: Quiero ser una espada de fuego en el ministerio santo.
En sus primeros años en Prosto y luego en Savogno impartió instrucción religiosa al tiempo que alfabetizaba a niños y adultos.
San Juan Bosco lo amó como a un amigo y hermano y lo invitó a Turín, a donde llegó en enero de 1875.
Durante los tres años que permaneció como salesiano fue director de
un Oratorio frecuentado por setecientos jóvenes, redactó el estatuto de
los Cooperadores Salesianos y sugirió a Don Bosco promover las
vocaciones religiosas adultas.
Se separó agradecido y con dolor de aquella congregación en busca de
su propia intuición vocacional sin imaginar las múltiples
incomprensiones y obstáculos que hallaría en su camino.
Volvió a trabajar a la diócesis, donde había sido reclamado,
esperando confiadamente que sonase, como solía decir, la hora de la
Providencia, para comenzar aquellas obras de caridad por las que sentía
un atractivo natural y vocación divina.
Entre dificultades de todo género, desconfianzas, incomprensiones,
persecuciones, vio truncarse ya en los inicios todas las posibilidades
de trabajo. Sin embargo, con gran fe, “esperó la hora de la
Providencia”.
El obispo le envió a Pianello Lario, a suceder al sacerdote Carlos
Coppini, quien había dirigido a un pequeño grupo de jóvenes
comprometidas y bien formadas que querían seguir a Jesús en la vida
religiosa.
Cinco años fueron suficientes para que el grupo se convirtiese en una
organización dispuesta a confiar y a seguir las huellas de Luis
Guanella.
Una tarde de abril del 1886, una pequeña barca salía de Pianello
hacia Como. Iban en ella además del barquero, dos hermanas, algunas
niñas huérfanas, y algunos pobres utensilios. Era el salto a la ciudad,
la primera experiencia de “misión”.
Allí se consolidó la Obra entre pruebas, contratiempos y
persecuciones. El grano de trigo se convirtió en espiga. Se
multiplicaron las casas. Las dos congregaciones que fundó -las Hijas de
Santa María de la Providencia y los Siervos de la Caridad- le ayudaron a
hacer posible su sueño: que muchos pobres (ancianos, niños,
discapacitados, etc.) tuvieran una casa, una familia, formación,
asistencia, calidad de vida.
En 1903, fundó en Roma con la ayuda de su amigo san Pío X. En 1913 y,
a pesar de sus setenta años, partía hacia Estados Unidos. Su deseo era
llevar hasta allí su obra para ofrecer ayuda a los emigrantes italianos.
En enero de 1915, acudió inmediatamente a ayudar a los damnificados
en un terremoto que asoló una de las regiones de Italia. Tenía un
corazón enorme. Esta fatiga y otras muchas desgastaron sus energías y
aceleraron su fin. Murió en Como el 24 de octubre de 1915.
La Congregación de los Siervos de la Caridad, rama masculina de la obra, está presente en veinte países de cuatro continentes.
En concreto está presente en Italia, Suiza, España, Rumanía, Polonia,
Israel, Estados Unidos, Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Colombia,
Guatemala, México, Filipinas, India, Nigeria, Congo, Ghana y Vietnam.
Allí realiza tareas de educación, rehabilitación, salud y asistencia,
así como de promoción cultural de las personas sin instrucción básica.
Cuenta con 528 religiosos de los cuales 317 son sacerdotes, 38
hermanos, 140 seminaristas, un obispo y 32 novicios. El superior general
es el italiano Alfonso Crippa.
La rama femenina, la Congregación de las Hijas de Santa María de la
Providencia, está presente, con unas setecientas religiosas, en catorce
países de tres continentes.
Italia, Suiza, España, Rumania, India, Filipinas, Colombia, México,
Argentina, Paraguay, Chile, Estados Unidos, Canadá y Brasil son los
países en los que tienen diversas obras en el campo de la educación y la
rehabilitación y en el sector socio-sanitario. La superiora general es
la italiana Serena Ciserani.
Para desarrollar con competencia y eficacia su misión, ambas
congregaciones cuentan con laicos formados en la escuela del carisma,
personal especializado y de búsqueda científica, realizada incluso con
iniciativas propias.
Los laicos -cooperadores, ex-alumnos, amigos, trabajadores, huéspedes
y sus familias, grupos de familia, colaboradores parroquiales, jóvenes
del M2G, asociados, miembros del voluntariado nacional e internacional,
ASCI- forman junto al movimiento laical guanelliano, una red –presente
ya en el corazón del fundador- que une a todas las personas y a todos
los grupos que, desde su particularidad, comparten el mismo carisma de
la caridad, respetando su camino y su identidad espiritual particular.
El día 23 de octubre, domingo, el canal EWTN televisará en directo la beatificación. (http://www.ewtn.com/tv/EspInt_2011_Oct_23_Week.asp).
Y el sábado 29, la familia Guanelliana en Argentina convoca a
celebrar la santidad de su fundador, desde las 18 horas en el Obelisco,
donde se concentrarán para marchar a la catedral y celebrar la misa y
diversos actos y espectáculos que enmarcan el cierre del Jubileo.
zenit.org
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