Igual
que las diócesis o las prelaturas territoriales, las prelaturas
personales son un tipo de circunscripción de la Iglesia católica.
Su particularidad es que no está definida por un territorio geográfico.
Eduardo
Baura, Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma): "No están
delimitadas por un territorio sino por el tipo de personas que pertenecen
a esta prelatura. Pueden ser los fieles de una determinada profesión
o los fieles de una determinada nación o que son de una determinada
lengua o los fieles que han manifestado su voluntad de pertenecer a
esta prelatura y dedicarse a la misión de la prelatura”.
Quienes pertenecen
a una prelatura personal viven en diócesis, y por eso, dependen
del obispo para todo lo que no se refiera a las particularidades de
la prelatura.
Las prelaturas
personales están gobernadas por un prelado, quien debe rendir
cuentas periódicamente al Papa sobre las actividades de la prelatura.
Además, igual que las diócesis, debe seguir las indicaciones
de los dicasterios del Vaticano.
Eduardo Baura,
Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma)
“Lo lógico es que, como las diócesis, cada quinquenio, cada cinco años, el prelado haga una visita ad limina para decir cómo va el estado de la prelatura. En cualquier caso, tendrá que tener las relaciones habituales de un prelado con todos los demás dicasterios de la Curia Romana”.
“Lo lógico es que, como las diócesis, cada quinquenio, cada cinco años, el prelado haga una visita ad limina para decir cómo va el estado de la prelatura. En cualquier caso, tendrá que tener las relaciones habituales de un prelado con todos los demás dicasterios de la Curia Romana”.
Las prelaturas
personales son personas jurídicas muy elásticas que nacieron
durante el Concilio Vaticano II para “evangelizar con mayor incisividad
y poder realizar labores pastorales especiales”.
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