XVI Reunión del Consejo Especial para América del Sínodo de los Obispos
Al término de la XVI Reunión del Consejo Especial para América de la
secretaría general del Sínodo de los Obispos, celebrada los días 27 y 28
de octubre, ha hecho público un comunicado sobre La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana.
El comunicado recuerda que, en la exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in America, son varias las llamadas al diálogo interreligioso y a la nueva evangelización.
Tales argumentos, señala “revisten una gran actualidad, sea por
motivo de la reciente Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz
y la justicia en el mundo, convocada en Asís por el santo padre
Benedicto XVI, ya sea por la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo
de los Obispos sobre La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana”.
En estos temas se han centrado los trabajos de la XVI Reunión del
Consejo Especial para América de la secretaría general del Sínodo de los
Obispos, celebrada los días 27 y 28 de octubre, en la sede de la
secretaría general.
Además, el orden del día preveía, teniendo en cuenta la Ecclesia in America, la consideración de la situación social y eclesial en los diversos países del continente.
Para introducir el debate, el secretario general del Sínodo de los
Obispos, monseñor Nikola Eterović, se refirió al tema del diálogo
interreligioso, al que la exhortación Ecclesia in America dedica su atención.
El secretario general señaló la necesidad y la importancia del
diálogo de la Iglesia católica con las demás Iglesias y comunidades
eclesiales, así como con los judíos, con los musulmanes y con los
representantes de otras religiones no cristianas.
En este sentido, se destaca que Ecclesia in America,
representa para la situación del continente americano los criterios de
valoración de las religiones no cristianas ya expresados en la
declaración Nostra aetate, del Concilio Ecuménico Vaticano II,
según los que la Iglesia católica no rechaza nada de lo que de verdadero
y santo existe en las religiones no cristianas, pero afirma la
especificidad original del cristianismo.
En el debate, aparecieron muchos signos positivos pero también otros
que “causan preocupación”, ya desde el punto de vista de la vida de la
Iglesia ya desde el punto de vista social.
En cuanto al diálogo ecuménico e interreligioso se constata, en
algunos casos, una interferencia del Estado, que por una parte se
autoproclama laico, pero por la otra mantiene, en la práctica, una línea
de conducta orientada a considerar a la Iglesia católica como una de
las muchas denominaciones religiosas, ignorando, de este modo, su
verdadera naturaleza y el papel histórico indiscutible que esta tuvo en
la primera evangelización del continente, como también en la formación
de la identidad de las naciones individuales.
Al igual que esta estrategia seguida por las autoridades civiles, el
diálogo ecuménico e interreligioso se sustituye con el concepto genérico
de “relaciones interreligiosas”.
De este modo, afirma el cpomunicado, “no sólo las religiones son
consideradas como fenómenos de naturaleza espiritual en igualdad de
condiciones, sino que se pretende ver la religión como un instrumento al
servicio de la vida política”.
En vez de esto, “la Iglesia en América está determinada a continuar
con las actividades ecuménicas e interreligiosas en la línea pastoral
marcada por el Concilio Vaticano II y por el Magisterio sucesivo”,
afirma la nota.
En este sentido, añade, “se obtienen buenos frutos a través del
diálogo con el resto de confesiones cristianas, con los judíos, así como
con las religiones no cristianas, especialmente con los musulmanes,
aunque estos últimos no representan un número importante en la mayoría
de los países”.
Muy significativa, señala, “en varios países es la presencia de las
religiones indígenas, que existían antes de la primera evangelización.
En estas, la Iglesia católica intenta descubrir elementos compatibles
con el Evangelio, purificándolos e integrándolos convenientemente en la
vida de las comunidades eclesiales locales”.
Más compleja es, afirma, “la relación con las sectas, verdadero reto
para la Iglesia en el proceso de la nueva evangelización”. De hecho, las
sectas, “a través de un fuerte proselitismo, se extienden velozmente en
las grandes ciudades y donde la presencia de la Iglesia es débil”,
constata.
En el ámbito social, la nota señala también “distintos signos de
preocupación”, como “la difusión de la pobreza, de la violencia, de los
valores contrarios al respeto de la vida humana desde su concepción
hasta la muerte natural, que se consideran como resultados de la
influencia negativa del proceso de secularización que se está
extendiendo de norte a sur”.
También se destacó “la difícil situación social de Haití,
consecuencia del terremoto, que se ha prolongado en el tiempo agravada
por las enfermedades y por una situación social de fuerte descontento
por parte de la población local”.
Se espera que “la solidaridad manifestada por los gobiernos e
instituciones internacionales y por los organismos eclesiales produzca
mejores frutos en la colaboración con los entes locales”.
A esta realidad específica y geográficamente delimitada, se añade
también en el contexto social, otro fenómeno de amplias proporciones que
implica a todo el continente: “el movimiento migratorio, que representa
uno de los desafíos más urgentes para la nueva evangelización”.
En este campo, informa la nota, “la Iglesia está comprometida en la
promoción de programas sociales y de asistencia religiosa a los
inmigrantes, con el objetivo de ayudar a la integración cultural y a la
paz social. Si por una parte es necesario destacar las graves
dificultades que encuentran los inmigrantes ilegales, por la otra es
necesario poner de relieve los aspectos positivos del fenómeno
migratorio, que llevan ya sea a una mayor integración de los distintos
pueblos en la unidad del mismo continente, ya sea a la conciencia de la
necesidad de recorrer el camino de la solidaridad para resolver los
problemas de forma global y eficiente”.
En el ámbito eclesial, “motivo de consuelo es el aumento de las
vocaciones al sacerdocio, aunque muy diversificado ya sea en los países
como en las diócesis. Se verifica un aumento de las vocaciones
masculinas al sacerdocio y a la vida consagrada, mientras que la vida
religiosa femenina crece más moderadamente y en algunos ambientes
disminuye. En general, se constata una buena disposición a la acogida de
la fe por parte de las nuevas generaciones, que necesitan una sólida
formación humana y cristiana”.
Según el comunicado, la V Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano y del Caribe de Aparecida, continúa produciendo notables
frutos. Se han iniciado programas pastorales a nivel local para aplicar
las líneas pastorales relativas del Documento Conclusivo de Aparecida, que continúan las orientaciones de la Exhortación Apostólica post-sinodal Ecclesia in America.
Al aumento del impulso misionero contribuye la esperanza suscitada por la buena acogida de los Lineamenta de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que tendrá lugar del 7 al 28 de octubre de 2012.
De hecho, el tema La nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana, no sólo encuentra eco en la exhortación Ecclesia in America, sino que ya es una constante preocupación para los pastores en América.
Por este motivo, las conferencias episcopales están preparando
cuidadosamente las respuestas al documento de preparación, poniendo de
relieve las urgencias pastorales locales.
Otros aspectos de la vida de la Iglesia en el continente serán objeto
de la próxima reunión del Consejo Especial para América de la
Secretaría General del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 20 al
21 de noviembre de 2012.
zenit.org
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