La misa en el Olympiastadion de Berlín, contruido por los nazis, evocaba
la beatificación allí en 1996 de Leisner y Lichtemberg, dos ejemplos de
hombres más fuertes que el poder totalitario.
La Misa de Benedicto XVI del jueves en
el Olympiastadion de Berlín tenía un sabor especial: fue construido en
el período nazi de Hitler para los Juegos Olímpicos de 1936 y allí
celebraba el Führer grandes actos de masas donde él, como recordó
Benedicto XVI por la mañana, sustituía a Dios y recibía la adoración del
pueblo.
Pero la Historia siguió, el Reich de Mil Años de los nazis duró apenas una docena y años después, en 1996, un Papa polaco, formado en un seminario clandestino, beatificaba a dos mártires alemanes del régimen nazi, los sacerdotes Bernhard Lichtenberg y Karl Leisner. A ellos se refirió muy brevemente Benedicto XVI en el Olympiastadion.
Lichtemberg, el cura que habló por los judíos
Lichtemberg organizó reuniones públicas de oración por las víctimas de la barbarie nazi en la Noche de los Cristales Rotos, cuando ya quedaba claro que los judíos pasaban a ser "no ciudadanos", sin derecho a la protección de la policía o el Estado.
El padre Bernhard tramitó quejas formalmente, por vía legal, para protestar por los actos de discriminación racial del partido. Primero le encarcelaron por dos años, pero cumplida su sentencia volvió al activismo antinazi así que lo enviaron al campo de concentración de Dachau: murió por el camino, en uno de esos vagones que los nazis llenaban hasta la asfixia.
En el memorial Yad Vashem de Israel figura como "Justo entre las Naciones"... y testigo de que hubo alemanes que sabían y protestaron (que es una forma de señalar a los que no sabían o no protestaron: la web en inglés de Yad Vashem da una de cal (elogiar a Lichtemberg) y otra de arena (acusar a las iglesias de no haber hecho "más").
Dios, subversivo, hizo sacerdote a Leisner en Dachau
El caso de Karl Leisner (www.karl-leisner.de/spanien.html) es único en la historia: siendo prisionero en Dachau del poder nazi, el Estado totalitario que quería controlarlo todo, y también a la Iglesia, fue ordenado sacerdote a escondidas, con la colaboración alegre y entusiasta de presos protestantes, y cumpliendo el completo ritual preconciliar punto por punto. ¡Y sabiendo todos que Leisner estaba muy enfermo! Solo pudo celebrar una misa, y murió poco después de ser liberado del campo. Pero los que lo acompañaron quedaron impresionados por su testimonio de años de alegría y esperanza en el corazón del poder totalitario.
Había sido detenido en 1939 por la Gestapo a causa de un comentario hecho en relación con el atentado contra Hitler. Estuvo en la cárcel en Friburgo. Luego en el campo de concentración de Sachsenhausen y de allá, en 1940, a Dachau. Al llegar preso el obispo francés Gabriel Piguet, y con permiso expreso de su obispo, el famoso "León de Münster", Leisner fue ordenado en diciembre de 1944. Sus restos descansan en la catedral de Xanten con los de San Víctor y otros mártires alemanes del siglo V.
José M. García Pelegrin cuenta su testimonio en su reciente libro Cristianos contra Hitler (LibrosLibres). También puede verse su emotiva historia detallada en un vídeo de 10 minutos con imágenes reales de Dachau y subtítulos al español en http://es.gloria.tv/?media=92615 .
En un encuentro con 40.000 jóvenes europeos en Estrasburgo, Juan Pablo II lo presentó como modelo de juventud. Además, tiene una importante ligazón con España porque era un apasionado del Camino de Santiago. Era devoto del Apóstol y desde 2001 el Hospital de Órbigo (León), en el Camino Francés tiene un oratorio dedicado a "los testigos de la fe del siglo XX y al beato Karl Leisner".
En 2007 empezó su proceso de canonización al anunciarse un posible milagro por su intercesión: un hombre de Münster le atribuía su curación de cáncer, en principio sin explicación médica.
Pero la Historia siguió, el Reich de Mil Años de los nazis duró apenas una docena y años después, en 1996, un Papa polaco, formado en un seminario clandestino, beatificaba a dos mártires alemanes del régimen nazi, los sacerdotes Bernhard Lichtenberg y Karl Leisner. A ellos se refirió muy brevemente Benedicto XVI en el Olympiastadion.
Lichtemberg, el cura que habló por los judíos
Lichtemberg organizó reuniones públicas de oración por las víctimas de la barbarie nazi en la Noche de los Cristales Rotos, cuando ya quedaba claro que los judíos pasaban a ser "no ciudadanos", sin derecho a la protección de la policía o el Estado.
El padre Bernhard tramitó quejas formalmente, por vía legal, para protestar por los actos de discriminación racial del partido. Primero le encarcelaron por dos años, pero cumplida su sentencia volvió al activismo antinazi así que lo enviaron al campo de concentración de Dachau: murió por el camino, en uno de esos vagones que los nazis llenaban hasta la asfixia.
En el memorial Yad Vashem de Israel figura como "Justo entre las Naciones"... y testigo de que hubo alemanes que sabían y protestaron (que es una forma de señalar a los que no sabían o no protestaron: la web en inglés de Yad Vashem da una de cal (elogiar a Lichtemberg) y otra de arena (acusar a las iglesias de no haber hecho "más").
Dios, subversivo, hizo sacerdote a Leisner en Dachau
El caso de Karl Leisner (www.karl-leisner.de/spanien.html) es único en la historia: siendo prisionero en Dachau del poder nazi, el Estado totalitario que quería controlarlo todo, y también a la Iglesia, fue ordenado sacerdote a escondidas, con la colaboración alegre y entusiasta de presos protestantes, y cumpliendo el completo ritual preconciliar punto por punto. ¡Y sabiendo todos que Leisner estaba muy enfermo! Solo pudo celebrar una misa, y murió poco después de ser liberado del campo. Pero los que lo acompañaron quedaron impresionados por su testimonio de años de alegría y esperanza en el corazón del poder totalitario.
Había sido detenido en 1939 por la Gestapo a causa de un comentario hecho en relación con el atentado contra Hitler. Estuvo en la cárcel en Friburgo. Luego en el campo de concentración de Sachsenhausen y de allá, en 1940, a Dachau. Al llegar preso el obispo francés Gabriel Piguet, y con permiso expreso de su obispo, el famoso "León de Münster", Leisner fue ordenado en diciembre de 1944. Sus restos descansan en la catedral de Xanten con los de San Víctor y otros mártires alemanes del siglo V.
José M. García Pelegrin cuenta su testimonio en su reciente libro Cristianos contra Hitler (LibrosLibres). También puede verse su emotiva historia detallada en un vídeo de 10 minutos con imágenes reales de Dachau y subtítulos al español en http://es.gloria.tv/?media=92615 .
En un encuentro con 40.000 jóvenes europeos en Estrasburgo, Juan Pablo II lo presentó como modelo de juventud. Además, tiene una importante ligazón con España porque era un apasionado del Camino de Santiago. Era devoto del Apóstol y desde 2001 el Hospital de Órbigo (León), en el Camino Francés tiene un oratorio dedicado a "los testigos de la fe del siglo XX y al beato Karl Leisner".
En 2007 empezó su proceso de canonización al anunciarse un posible milagro por su intercesión: un hombre de Münster le atribuía su curación de cáncer, en principio sin explicación médica.
religionenlibertad.com
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