Familias
fuertes
Las sociedades
anglosajones ya han sufrido en sus carnes la desestructuración
que para la sociedad supone jugar con la familia y el matrimonio.
Abundan los estudios que confirman los beneficios sociales y personales
de una sociedad basada en familias fuertes, sin menoscabo de que cada
organice su vida según le parezca.
Han estudiado
aquello que hace a las familias estables y resistentes para definir
las características que le son propias. La existencia de familias
fuertes es fundamental para garantizar la cohesión social.
No se debe caer en el error de que estas familias son familias ideales
donde todo es un camino de rosas, en ellas se discute pero se sabe
perdonar, todos los miembros se saben queridos y apreciados.
Pasan tiempo
juntos y la diversión y el ocio no supone necesariamente gasto
de dinero, se cumplen las promesas y los compromisos, se viven con
buen humor las contrariedades. Desde pequeños los hijos se
ven arropados y protegidos por los padres y también exigidos
en función de sus capacidades. Ante los avances se ven reforzados
y ante los fracasos, comprendidos y animados.
El punto nuclear
de estas familias fuertes es el matrimonio, el amor, entrega, aprecio
y delicadeza con que el padre y la madre se tratan en los más
pequeños detalles.
Lo
que ofrece la familia
Indudablemente
cada persona puede escoger aquel tipo de vida que mejor le parezca.
Lo que no parece razonable es que los poderes públicos traten
de igual manera a lo que es desigual y mucho menos cuando una de las
opciones goza de innumerables ventajas para la sociedad y las personas.
Las familias
basadas en el amor estable y comprometido de un hombre y una mujer
ofrecen un modelo de convivencia para las nuevas generaciones además
de generar relaciones generacionales que fomentan la solidaridad entre
personas con el único motivo del amor que se tienen, y sin
buscar nada a cambio.
Transmisión
de cultura, de costumbres, de creencias, de lengua, de sentido de
la vida y de la muerte. Para la mayoría de los jóvenes
la familia es el lugar dónde mejor se tratan los temas mas
importantes y trascendentales. En 1989 lo pensaba el 23%, en 1999
el 53%.
En la familia
se dan relaciones interpersonales, se aprende a manejar tensiones
y roles, por tanto es una de las mejores escuelas de socialización.
La vida en sociedad
requiere la existencia de normas, cumplimiento de responsabilidades,
esfuerzo, disciplina, formación de la conciencia; ¿qué
mejor escuela que la familia?
La familia es
el lugar ideal para nacer, crecer y morir amando y amado. Sin duda
se trata del habitat ideal para crecer como persona por ser amado
incondicionalmente y considerado no por lo que se tiene sino por lo
que se es. Todo ello lleva a la existencia de personas que se saben
amadas por si mismas y por lo tanto seguras, conscientes de su dignidad
y por ello activas y comprometidas.
Aníbal Cuevas
La felicidad de andar por casa
La felicidad de andar por casa
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