Una importante figura de la Iglesia del siglo XX en África
Ayer, con motivo del octavo aniversario del fallecimiento del cardenal
Maurice Otunga, el actual arzobispo de Nairobi, cardenal John Njue,
pidió a los católicos que recen por la causa de beatificación del
purpurado, incoada en 2009.
El cardenal Njue pidió la colaboración
de los fieles, en un momento delicado de la causa, pues el mes pasado
falleció el postulador, padre Anthony Bellagamba, según recoge la
agencia CISA.
Durante la misa de aniversario del fallecimiento del cardenal Otunga,
celebrada en la basílica de la Sagrada Familia de Nairobi, el obispo de
Kitui, monseñor Anthony Muheria, describió al purpurado como “un hombre
de Dios, que vivió su vida sacerdotal con sencillez”.
El cardenal Maurice Otunga, primer cardenal keniata, nació en 1923,
hijo del jefe de una tribu pagana, y fue bautizado en 1935. Pronto pidió
entrar en el seminario, y tras concluir estudios en Roma, en la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, fue ordenado
sacerdote en 1950.
En 1956, el papa Pío XII le nombró obispo auxiliar de Kisumu, a la
edad de 33 años, convirtiéndose en el obispo más joven de su tiempo. En
1960, Juan XXIII le nombró obispo de Kisii, y en 1969, Pablo VI le hizo
arzobispo coadjutor de Nairobi. Fue obispo titular en 1971, hasta su
dimisión por motivos de edad, en 1997.
Fue presidente de la Conferencia Episcopal de Kenia, y miembro de la
Comisión permanente del SECAM (Asamblea de las Conferencias Episcopales
de África y Madagascar). En la curia romana, trabajó en la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, y
en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
En 1973, el mismo Pablo VI le creó cardenal, el primer keniata en la historia de la Iglesia en recibir esta distinción.
En 1994, el purpurado participó en la Asamblea del Sínodo de los
Obispos para África, donde es recordada su intervención sobre la
relación entre la evangelización y la justicia y la paz, temas que
serían retomados en la segunda Asamblea del Sínodo, en octubre de 2009,
ya en el pontificado de Benedicto XVI.
El cardenal Otunga fue un hombre sencillo y humilde, muy querido por
su pueblo. Para su retiro eligió una casa para pobres administrada por
las Hermanitas de los Pobres. Falleció el 6 de septiembre de 2003 (ver www.zenit.org/article-10001?l=spanish).
Según explicó su anterior postulador, el padre Bellagamba, a CISA:
con motivo de la apertura de la causa de beatificación hace dos años,
el cardenal Otunga era un hombre “de una vida de oración excepcional. Su
gentileza, amabilidad, era muy atractiva. Siempre tenía tiempo para
habar contigo. Era sencillo en el sentido de que no tenía doble
intención. Lo que creía, lo que pensaba, lo decía”.
Más información: www.cardinalotunga.org/index.htmlzenit.org
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