Hoy,
Jornada Mundial de las Misiones, Benedicto XVI recuerda en su mensaje
que la Iglesia es por su propia naturaleza, misionera, pero por
desgracia “una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se
halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas
nuestras energías en su servicio» (Redemptoris missio, 1)”. No podemos
quedarnos tranquilos – escribe el Papa - al pensar que, después de dos
mil años, aún hay pueblos que no conocen a Cristo y no han escuchado aún
su Mensaje de salvación”.
El Santo Padre lamenta que cada vez es mayor “la multitud de aquellos que, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y no se reconocen ya en la Iglesia; y muchos ambientes, también en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy refractarios a abrirse a la palabra de la fe. Está en marcha un cambio cultural, alimentado también por la globalización, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante, un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico, como si Dios no existiese, y que exaltan la búsqueda del bienestar, de la ganancia fácil, de la carrera y del éxito como objetivo de la vida, incluso a costa de los valores morales”.
El Papa recuerda que “la Jornada mundial de las misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una valiosa ocasión para detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia”.
Benedicto XVI recuerda de forma especial a Pablo VI para insistir en que no es aceptable que en la evangelización se descuiden los temas relacionados con la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, obviamente respetando la autonomía de la esfera política. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significaría «ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad»
“A través de la participación corresponsable en la misión de la Iglesia, finaliza el mensaje de Benedicto XVI, el cristiano se convierte en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del plan salvífico de Dios para toda la humanidad.
Y de la Jornada Mundial de las Misiones en España nos informa Pilar Pérez del Yerro.
En la Plaza de San Pedro se encontraba esta mañana el arzobispo castrense de España, Mons. Juan del Río, quien también puso especial énfasis en la importancia y compromiso de los cristianos con la nueva evangelización.
El Santo Padre lamenta que cada vez es mayor “la multitud de aquellos que, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y no se reconocen ya en la Iglesia; y muchos ambientes, también en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy refractarios a abrirse a la palabra de la fe. Está en marcha un cambio cultural, alimentado también por la globalización, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante, un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico, como si Dios no existiese, y que exaltan la búsqueda del bienestar, de la ganancia fácil, de la carrera y del éxito como objetivo de la vida, incluso a costa de los valores morales”.
El Papa recuerda que “la Jornada mundial de las misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una valiosa ocasión para detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia”.
Benedicto XVI recuerda de forma especial a Pablo VI para insistir en que no es aceptable que en la evangelización se descuiden los temas relacionados con la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, obviamente respetando la autonomía de la esfera política. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significaría «ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor al prójimo que sufre o padece necesidad»
“A través de la participación corresponsable en la misión de la Iglesia, finaliza el mensaje de Benedicto XVI, el cristiano se convierte en constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del plan salvífico de Dios para toda la humanidad.
Y de la Jornada Mundial de las Misiones en España nos informa Pilar Pérez del Yerro.
En la Plaza de San Pedro se encontraba esta mañana el arzobispo castrense de España, Mons. Juan del Río, quien también puso especial énfasis en la importancia y compromiso de los cristianos con la nueva evangelización.
radiovaticana.org
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