Lunes, 24 oct (RV).- Con gran alegría, Benedicto XVI ha recibido al final de esta mañana a cerca de trescientos miembros de la Fundación Juan Pablo II, nacida hace 30 años, por solicitud de numerosos hermanos y hermanas que vivían en Polonia y en el exterior - conscientes de la grandeza del don de la persona y obra del Papa polaco, para la Iglesia y para el mundo – con el anhelo de conservar sus fuertes vínculos con su tierra de origen y con el objetivo de promover, a través del apoyo no sólo material, iniciativas de carácter religioso, cultural, pastoral y caritativo, así como el fortalecimiento de los vínculos entre ellos y con la Santa Sede.
Uniéndose a la acción de gracias al Señor de los miembros y de los amigos de esta Fundación de todo el mundo, Benedicto XVI ha destacado los importantes frutos logrados, en las apreciadas y variadas actividades a lo largo de estas tres décadas. Tras saludar de forma especial al cardenal Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia, que fuera secretario del amado Papa Juan Pablo II, el Santo Padre ha agradecido también al cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Consejo de Administración, de esta misma institución. Sin olvidar a todos benefactores que sostienen financiera y espiritualmente la Fundación Juan Pablo II.
Fundación que cuenta asimismo con la aportación de la importante labor realizada por el Centro para la Documentación y Estudio del Pontificado de Juan Pablo II, ha recordado también Benedicto XVI, destacando luego otra gran iniciativa, como la Casa Giovanni Paolo II de Roma, que en colaboración con el centro dedicado a San Estanislao, ofrece asistencia material y espiritual a numerosos peregrinos:
«El Pontífice beato anheló en todo momento no conducir a los fieles hacia sí mismo, sino cada vez más hacia Cristo, en la Tradición Apostólica y en unión con la comunidad católica, enlazada con el colegio episcopal y con el Papa como cabeza. Yo mismo puedo experimentar la eficacia de estos esfuerzos, al recibir el amor y el apoyo espiritual de tanta gente de todo el mundo, que me acoge con afecto como Sucesor de Pedro, llamado por el Señor para confirmar la fe en ellos. Me siento muy agradecido a vuestra Fundación, que sigue cultivando este espíritu de amor, que nos une en Cristo».
Benedicto XVI ha puesto de relieve también otra tarea, «de gran valor humano y cultural, deseada por Juan Pablo II de forma explícita y llevada a cabo por esta Fundación». La de ayudar a formación en la fe del clero y de los laicos, especialmente los de los países de Europa Central y Oriental, acogiendo a alumnos procedentes de Polonia y de otros países que habían sufrido la opresión ideológica del régimen comunista. El Papa ha concluido su denso discurso reiterando su profunda gratitud y alentando a la Fundación Juan Pablo II y a las asociaciones amigas a perseverar en difundir las enseñanzas de su amado predecesor, mirando al presente y al futuro:
«Mis queridos amigos, se podrían enumerar muchos más éxitos y logros de vuestra Fundación. Sin embargo, me gustaría subrayar un aspecto de primordial importancia, más allá de sus efectos inmediatos y visibles. En asociación con esta Fundación, se ha desarrollado una unión espiritual de miles de personas en varias partes del mundo, que ofrecen su apoyo de distintas formas – material y espiritualmente. Son los Círculos de Amigos, que impulsan comunidades de formación, basadas en la enseñanza y en el ejemplo del beato Juan Pablo II. Ellos no se limitan a un recuerdo sentimental del pasado, sino que disciernen las necesidades del presente, miran al futuro con solicitud y confianza, y se comprometen cada vez más profundamente impulsando en el mundo el espíritu de solidaridad y fraternidad. Demos gracias al Señor por el don del Espíritu Santo que los une, ilumina e inspira.
Con un corazón agradecido, a través de la intercesión de vuestro patrono, el beato Juan Pablo II, encomiendo el futuro de vuestra Fundación a la Divina Providencia y os bendigo de corazón».
radiovaticana.org
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