El Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Mons. José Antonio Eguren, rechazó este sábado los agravios del nuevo procurador anticorrupción Julio Arbizu contra la Iglesia y el Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani, e indicó que "la discrepancia auténtica siempre es respetuosa, educada y sobre todo es fiel a la verdad"
El Prelado se refirió a los tuits que Arbizu publicó en la red social
Twitter antes de su nombramiento el 3 de octubre. Mostrando su
animadversión contra el Arzobispo de Lima, el nuevo procurador escribió
el 20 de agosto que "si existe el demonio, debe ser como (el Cardenal)
Cipriani".
El 23 de septiembre, refiriéndose al diferendo que existe entre el
Arzobispado de Lima y la Pontificia Universidad Católica del Perú, dijo
que "La PUCP no puede pasar a ser un claustro oscurantista. Cipriani y
la Iglesia son un lastre para una sociedad moderna, libre y plena".
Mons. Eguren dijo que estos agravios "provienen de una profunda ignorancia. Exijo respeto para la Iglesia y para su máxima autoridad como es el Cardenal Cipriani".
"¿Cómo es posible que una autoridad pueda desconocer la verdad
histórica que nuestra Constitución Política reconoce, cuando ella afirma
el rol fundamental y decisivo que la Iglesia ha desempeñado y desempeña
en la formación histórica, cultural y moral del país?"
"¿Cómo es posible que una autoridad como un procurador pueda libre y
alegremente agraviar a la Iglesia e insultar al Cardenal? La
discrepancia auténtica siempre es respetuosa, educada y sobre todo es
fiel a la verdad", expresó durante la Misa
por el 190° aniversario de la creación de la Marina de Guerra del Perú y
del 132° aniversario del combate de Angamos que en 1879 enfrentó a Perú
y Chile.
"Un guerrero cristiano"
En otro momento de la Misa, Mons. Eguren destacó la figura de Miguel
Grau, héroe máximo de la Marina de Guerra del Perú que nació en Piura y
falleció durante el combate de Angamos de 1879.
"Grau es el esposo amoroso y fiel; el padre ejemplar en todo momento
preocupado por el bienestar integral de sus hijos; el amigo leal; el
político honesto que busca el bien del Perú y no su interés personal o
de grupo; y el marino heroico que sella con su inmolación en Angamos su
amor por la Patria", afirmó el Prelado.
Por ello, invitó a los católicos a imitar la vida
de Grau. "Todos sin excepción debemos de llenarnos de la más firme
convicción de que podemos vivir un vida heroica, de profundo amor a la
Patria, en la vida familiar, profesional y social. Grau nos enseña a
poner al Perú siempre primero", afirmó.
Mons. Eguren dijo que la vida cristiana de Grau hizo "posible
su nobleza, lealtad, capacidad de sacrificio y entrega hasta la muerte
(…). Grau es el marino que se confiesa en el Convento de los Descalzos
(…). A su amigo Francisco Paz Soldán le dirá: ‘Me voy para no volver.
Esta mañana he comulgado en los Descalzos, y estoy preparado para
entregar mi alma a Dios’".
"Su entrañable amigo Monseñor Roca y Boloña en las exequias del Gran
Almirante dirá: ‘que Miguel Grau era, señores, un guerrero cristiano.
Hombre de fe, toda su confianza se cifraba en Dios’", destacó Mons. Eguren.
aciprensa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario