El
encuentro celebrado este mediodía por el Papa con 200 Prefectos de
diversas regiones de Italia encabezados por el Ministro del Interior
Roberto Maroni, se coloca en el 150 aniversario de la Unidad de Italia,
tal como lo recordó Benedicto XVI, declarándose conocedor de la
importancia que tiene la función de la figura del prefecto en la
articulación de este Estado.
Los participantes reunidos en la Sala Clementina del Vaticano, eran provienenientes de toda la Península italiana donde “son innumerables los testimonios de la presencia del Cristianismo, que en el curso de los siglos ha fecundado –dijo el Papa- la cultura italiana, suscitando una civilización rica de valores universales”. Fue así que el Sucesor de Pedro aludió a las raíces cristianas de Italia. (Audio)
En todas partes, en efecto, se pueden observar las huellas que la fe cristiana ha dejado impresas en la tradición del pueblo italiano, dando vida a nobles y arraigadas tradiciones religiosas y culturales y a un patrimonio artístico único en el mundo.- Portadora de un mensaje de salvación válido para el hombre de todos los tiempos, la Iglesia católica está bien arraigada y operante, en modo capilar, en el territorio italiano. Es una realidad viva y vivificante, como la levadura de la que habla el Evangelio. Una presencia significativa, caracterizada por la proximidad con la gente, para conocer las necesidades profundas en la lógica de la disponibilidad al servicio. Tantas son las exigencias y las expectativas a las que deben corresponder el anuncio del Evangelio y las iniciativas de la solidaridad fraterna.
Su Santidad recordó que cuanto más urgentes son las necesidades cuanto más la presencia de la Iglesia se esfuerza por ser solícita y rica de frutos. Citamos: “Respetuosa de las legítimas autonomías y competencias, la Comunidad eclesial considera su preciso mandato el dirigirse al hombre en cada contexto, en la vida cultural, del trabajo, de los servicios, tiempo libre. Consciente de que todos dependemos de todos, como escribió el beato Juan Pablo II, la Iglesia desea construir junto a los demás sujetos institucionales y las varias realidades territoriales, una sólida plataforma de virtudes morales sobre la cual construir una convivencia a la medida del hombre". (Audio)
En esta su misión, la Iglesia sabe de poder contar con la colaboración activa y cordial de los Prefectos, que desarrollan funciones de impulso y de cohesión social así como de garantía de los derechos civiles, constituyendo un importante punto de referencia para las varias componentes territoriales. Al respecto al subrayar con vivo complacimiento las relaciones de estrecha cercanía y de ventajosa cooperación que las Prefecturas mantienen con las Diócesis y las parroquias, deseo alentar a cada uno a proseguir en el surco de este mutuo entendimiento en el interés de los ciudadanos y del bien común.
Benedicto XVI se dirigió a los Prefectos italianos subrayando el modo en que se esfuerzan por cumplir el alto y calificado servicio a la Nación, con “sincera dedicación a las Instituciones y al mismo tiempo, con atención a las exigencias de los entes locales y a las diversas problemáticas empresariales, familiares y personales”. Recordó también que la figura del Prefecto, del gobernador, es cada vez más, percibida por la opinión pública como punto de referencia territorial para la solución de los problemas sociales y como instancia de mediación y de garantía de los servicios públicos esenciales. Fue por ello que el Papa los exhorto: (Audio)
En su responsabilidad, a nivel provincial, sobre el orden y la seguridad pública, ustedes son referencia unitaria y principales promotores así como garantes del criterio de leal colaboración en un sistema plural. Por esto, no se olviden de que la Administración Pública, a cualquier nivel, como instrumento del Estado, tiene como finalidad el servicio a los ciudadanos… “El papel de quien trabaja en la administración pública no ha de concebirse como algo impersonal y burocrático, sino como una ayuda solícita al ciudadano, ejercitada con espíritu de servicio”.
Sobre la delicada actividad que realizan el Papa enfatizó que su papel institucional constituye casi un presidio para las categorías más débiles, y se hace aún más complejo y gravoso por las circunstancias de incertidumbre social y económica. Por este motivo los invitó a no desalentarse ante las dificultades y las incomprensiones, y a estar siempre preparados para tratar las cuestiones que les son confiadas con gran sentido del deber y con prudencia, de modo que no falten en la verdad y al valor de la defensa de los bienes supremos.
Benedicto XVI también se refirió al patrono de los Prefectos, San Ambrosio, quien al improviso fue llamado al Episcopado y tuvo que abandonar una brillante carrera de alto funcionario público: “Este santo Obispo admiraba y amaba al Imperio romano al que había servido leal y generosamente hasta los 35 años de edad, antes de ser elegido Pastor de la Iglesia Ambrosiana.
Esta consideración por la legítima Autoridad, cultivada desde la juventud, salió reforzada por la gracia del Bautismo, al punto que amaba apasionadamente a la Iglesia no solamente en la riqueza espiritual de verdad y de vida, sino también en lo concreto de sus Organismo y de los hombres que la componen, en particular los pobres y los últimos… El Papa Recordó además que San Ambrosio al ser Obispo, supo indicar a los responsables de las Instituciones civiles aquellos valores cristianos que dan nuevo vigor y nuevo esplendor a la obra de cuantos están comprometidos en la vida pública.
Al evocar la insigne figura de éste Obispo y Doctor de la Iglesia, Benedicto XVI dijo a los prefectos reunidos en la Sala Clementina del Vaticano, que él, animado por un gran amor y respeto tanto por las Instituciones estatales como por aquellas eclesiales, constituye un extraordinario ejemplo de rectitud, especialmente su lealtad a la ley y la firmeza contra las injusticias y las opresiones, como también por la valentía, con la que reclamaba también a los potentes y a todos enseñaba los principios de la auténtica libertad y del servicio.
Tomando como modelo a San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia el Papa dijo a los Prefectos de Italia que, en calidad de altos representantes del Estado, y en el ejercicio de sus propias responsabilidades, ellos están llamados a unir credibilidad y profesionalidad, sobre todo en los momentos de tensión y de contrastes. Por este motivo los invitó a tomar como estímulo y aliento para que el trabajo que desempeñan pueda estar cada día al servicio de la justicia, de la paz, de la libertad y del bien común. (P.JAUREGUI – RV)
Los participantes reunidos en la Sala Clementina del Vaticano, eran provienenientes de toda la Península italiana donde “son innumerables los testimonios de la presencia del Cristianismo, que en el curso de los siglos ha fecundado –dijo el Papa- la cultura italiana, suscitando una civilización rica de valores universales”. Fue así que el Sucesor de Pedro aludió a las raíces cristianas de Italia. (Audio)
En todas partes, en efecto, se pueden observar las huellas que la fe cristiana ha dejado impresas en la tradición del pueblo italiano, dando vida a nobles y arraigadas tradiciones religiosas y culturales y a un patrimonio artístico único en el mundo.- Portadora de un mensaje de salvación válido para el hombre de todos los tiempos, la Iglesia católica está bien arraigada y operante, en modo capilar, en el territorio italiano. Es una realidad viva y vivificante, como la levadura de la que habla el Evangelio. Una presencia significativa, caracterizada por la proximidad con la gente, para conocer las necesidades profundas en la lógica de la disponibilidad al servicio. Tantas son las exigencias y las expectativas a las que deben corresponder el anuncio del Evangelio y las iniciativas de la solidaridad fraterna.
Su Santidad recordó que cuanto más urgentes son las necesidades cuanto más la presencia de la Iglesia se esfuerza por ser solícita y rica de frutos. Citamos: “Respetuosa de las legítimas autonomías y competencias, la Comunidad eclesial considera su preciso mandato el dirigirse al hombre en cada contexto, en la vida cultural, del trabajo, de los servicios, tiempo libre. Consciente de que todos dependemos de todos, como escribió el beato Juan Pablo II, la Iglesia desea construir junto a los demás sujetos institucionales y las varias realidades territoriales, una sólida plataforma de virtudes morales sobre la cual construir una convivencia a la medida del hombre". (Audio)
En esta su misión, la Iglesia sabe de poder contar con la colaboración activa y cordial de los Prefectos, que desarrollan funciones de impulso y de cohesión social así como de garantía de los derechos civiles, constituyendo un importante punto de referencia para las varias componentes territoriales. Al respecto al subrayar con vivo complacimiento las relaciones de estrecha cercanía y de ventajosa cooperación que las Prefecturas mantienen con las Diócesis y las parroquias, deseo alentar a cada uno a proseguir en el surco de este mutuo entendimiento en el interés de los ciudadanos y del bien común.
Benedicto XVI se dirigió a los Prefectos italianos subrayando el modo en que se esfuerzan por cumplir el alto y calificado servicio a la Nación, con “sincera dedicación a las Instituciones y al mismo tiempo, con atención a las exigencias de los entes locales y a las diversas problemáticas empresariales, familiares y personales”. Recordó también que la figura del Prefecto, del gobernador, es cada vez más, percibida por la opinión pública como punto de referencia territorial para la solución de los problemas sociales y como instancia de mediación y de garantía de los servicios públicos esenciales. Fue por ello que el Papa los exhorto: (Audio)
En su responsabilidad, a nivel provincial, sobre el orden y la seguridad pública, ustedes son referencia unitaria y principales promotores así como garantes del criterio de leal colaboración en un sistema plural. Por esto, no se olviden de que la Administración Pública, a cualquier nivel, como instrumento del Estado, tiene como finalidad el servicio a los ciudadanos… “El papel de quien trabaja en la administración pública no ha de concebirse como algo impersonal y burocrático, sino como una ayuda solícita al ciudadano, ejercitada con espíritu de servicio”.
Sobre la delicada actividad que realizan el Papa enfatizó que su papel institucional constituye casi un presidio para las categorías más débiles, y se hace aún más complejo y gravoso por las circunstancias de incertidumbre social y económica. Por este motivo los invitó a no desalentarse ante las dificultades y las incomprensiones, y a estar siempre preparados para tratar las cuestiones que les son confiadas con gran sentido del deber y con prudencia, de modo que no falten en la verdad y al valor de la defensa de los bienes supremos.
Benedicto XVI también se refirió al patrono de los Prefectos, San Ambrosio, quien al improviso fue llamado al Episcopado y tuvo que abandonar una brillante carrera de alto funcionario público: “Este santo Obispo admiraba y amaba al Imperio romano al que había servido leal y generosamente hasta los 35 años de edad, antes de ser elegido Pastor de la Iglesia Ambrosiana.
Esta consideración por la legítima Autoridad, cultivada desde la juventud, salió reforzada por la gracia del Bautismo, al punto que amaba apasionadamente a la Iglesia no solamente en la riqueza espiritual de verdad y de vida, sino también en lo concreto de sus Organismo y de los hombres que la componen, en particular los pobres y los últimos… El Papa Recordó además que San Ambrosio al ser Obispo, supo indicar a los responsables de las Instituciones civiles aquellos valores cristianos que dan nuevo vigor y nuevo esplendor a la obra de cuantos están comprometidos en la vida pública.
Al evocar la insigne figura de éste Obispo y Doctor de la Iglesia, Benedicto XVI dijo a los prefectos reunidos en la Sala Clementina del Vaticano, que él, animado por un gran amor y respeto tanto por las Instituciones estatales como por aquellas eclesiales, constituye un extraordinario ejemplo de rectitud, especialmente su lealtad a la ley y la firmeza contra las injusticias y las opresiones, como también por la valentía, con la que reclamaba también a los potentes y a todos enseñaba los principios de la auténtica libertad y del servicio.
Tomando como modelo a San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia el Papa dijo a los Prefectos de Italia que, en calidad de altos representantes del Estado, y en el ejercicio de sus propias responsabilidades, ellos están llamados a unir credibilidad y profesionalidad, sobre todo en los momentos de tensión y de contrastes. Por este motivo los invitó a tomar como estímulo y aliento para que el trabajo que desempeñan pueda estar cada día al servicio de la justicia, de la paz, de la libertad y del bien común. (P.JAUREGUI – RV)
radiovaticana.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario