Los obispos de Canadá sumaron su voz a la movilización internacional para salvar la vida
de Yousef Nadarkhani, edad, condenado a muerte en Irán bajo el cargo de
apostasía por haber dejado el islamismo para abrazar la fe cristiana.
Yousef nació dentro del seno de una familia
musulmana en Rasht, en la provincia de Gilan (Irán), a la edad de los
19 años se convirtió al cristianismo, y actualmente está casado y tiene
dos hijos pequeños.
El hombre de 34 años fue detenido por protestar cuando el gobierno
iraní decidió que todos los niños debían aprender el Islam en las
escuelas. En el año 2009 fue llamado a comparecer ante el tribunal
político en Rasht y desde entonces permanece en la prisión de Lakan,
acusado de apostasía y evangelización entre los musulmanes.
Según informó el 11 de octubre Radio Vaticana, el Presidente del
Comité para los Derechos Humanos de la Conferencia Episcopal Canadiense,
Mons. Brendan Michael O’Brien, dirigió una carta a la Embajada de Irán
en Canadá, para pedir al gobierno iraní respetar sus compromisos
internacionales en materia de derechos humanos.
En la carta, el Arzobispo O’Brien recordó que Irán firmó en el año
1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por la que "toda
persona tiene el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y
de religión", y también "libertad de cambiar de religión o convicción".
La Ley de Apostasía agrupa varias normas contenidas en el Código
Penal inspiradas directamente en la Shariah –ley religiosa
musulmana– para sancionar cualquier tipo de abandono al islam y la
evangelización de los musulmanes. La condena consiste en la muerte para
los hombres y la cadena perpetua con castigos severos para las mujeres.
aciprensa.com
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