AIN denuncia ataques contra quienes critican al Gobierno
Un incendio se propagó en el “cuartel general” de la Iglesia católica
en Malawi y destruyó las oficinas de los obispos y los alojamientos de
los sacerdotes.
Según fuentes cercanas a la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), se trata de un incendio provocado.
La destrucción de las oficinas de la conferencia episcopal del país,
sucedida el pasado domingo, es, según las fuentes de AIN, parte de una
campaña de ataques contra quienes critican al Gobierno.
El padre George Buleya, secretario general de la Conferencia
Episcopal de Malawi, declaró a AIN que no puede confirmar las voces
sobre las causas de lo sucedido, pero que no se puede excluir esta
posibilidad.
El padre Buleya afirmó que el incendio comenzó en el apartamento de
uno de los sacerdotes y que se propagó a las oficinas; las llamas las
han destruido completamente, así como los alojamientos de los
sacerdotes.
En estos momentos, indicó, no es posible dar a conocer los detalles sobre las causas del incendio.
Este incendio en la Conferencia Episcopal sucede después de la quema del Instituto para la Interacción Política a comienzos de septiembre.
El Instituto es dirigido por Rafik Hajat, uno de los principales críticos del presidente de Malawi, Bingu wa Mutharika.
Ha habido también ataques contra las residencias de otros opositores
del Gobierno, como el político Salim Bagus y el activista pro derechos
humanos Macdonald Sembereka.
En el transcurso del último año, la Iglesia católica criticó al Gobierno en muchas ocasiones.
Hace dos meses, monseñor Joseph Zuza de Mzuzu acusó al Gobierno de
ponerle una mordaza a la sociedad civil, a los medios de comunicación y a
las comunidades de fe.
Las declaraciones del prelado se produjeron durante la Jornada Nacional de Oración, el 16 de agosto en presencia del presidente.
En julio, monseñor Zuza condenó la violencia por parte de los jóvenes del Partido Progresista Democrático -actualmente en el poder- en Blantyre, la segunda ciudad más importante de Malawi.
El año pasado, la Conferencia Episcopal publicó, además, una carta
pastoral en la que se acusaba al Gobierno de “no servir al bienestar de
la población”.
Desde entonces, dijo el padre Bulaya, “el radio de acción de la Iglesia se ha limitado”.
AIN ha sabido, además, de agentes gubernamentales que se infiltraron
en la última asamblea plenaria de la conferencia episcopal para espiar a
la Iglesia.
El secretario general del organismo ha dicho que no puede “confirmar
ni excluir de modo definitivo” estas voces, pero añadió que la Iglesia
suscita el “interés de los servicios secretos”.
Del mismo modo, declaró no poder excluir un control de las conversaciones telefónicas de los representantes eclesiales.
De los 15 millones de habitantes de este Estado del sudeste de
África, casi 4'6 millones son católicos. El 80% de la población es
cristiana, el 13% musulmana; el porcentaje restante profesa las
religiones africanas tradicionales.
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