Desde el Meeting de Rímini, un llamamiento a la movilización continental
Una petición europea para que todas las niñas y niños concebidos tengan
el derecho a nacer. Un millón de firmas para convencer a la Comisión
Europea a que emita un acto jurídico que garantice la vida desde su
concepción.
Una movilización europea, que sería la primera de
democracia directa, fue pedida en el Meeting de Rímini por el honorable
Carlo Casini, presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del
Parlamento Europeo.
En el transcurso de la presentación de dos libros: “Sí a la vida.
Historia y perspectivas del movimiento por la Vida” y “No historias,
sino historias verdaderas. Vidas en la encrucijada”, que se realizó en
el Meeting de Rímini el pasado domingo 21 de agosto, Casini anunció que
durante los próximos meses millones de ciudadanos europeos pedirían que
se añadiera a la Carta Europea de Derechos Fundamentales el
reconocimiento de la concepción como inicio del derecho a la vida.
El presidente del Movimiento por la Vida explicó que “esta gran
iniciativa es posible por el Tratado de Lisboa que prevé que, desde
abril de 2012, al menos un millón de ciudadanos europeos puedan pedir a
la Comisión Europea un acto jurídico”.
“El procedimiento -precisó- es mucho más vinculante que el de las
peticiones italianas: La Comisión, de hecho, debe obligatoriamente dar
una respuesta a los que realizan la propuesta y estos tendrán la ocasión
de explicar adecuadamente sus razones ante las Instituciones”.
Así la primera petición europea será la presentada por los Movimientos Pro-Vida de toda Europa.
Recordando la invocación del beato Juan Pablo II: “el primer desafío
es el de la vida”, Casini sostuvo que “es necesaria una gran
movilización de las conciencias para vencer la resignación y la
aceptación frente a las agresiones contra la vida”.
“Se trata de llevar a su término y perfección -añadió- el movimiento
histórico que, en nombre de la igualdad y de la dignidad humana, ha
liberado a los esclavos, ha promovido a las personas de color, ha
exigido igual oportunidad para las mujeres y ha proclamado los derechos
humanos”.
“Se trata -afirmó Casini- de ofrecer a Europa la energía de una
verdadera renovación civil y moral” porque “en sus orígenes, sobre todo
en el pensamiento de sus 'padres fundadores', la Unión no tenía que ser
sólo una unión económico-monetaria, un mercado único que optimizase las
economías nacionales a nivel individual”.
“Todavía hoy -concluyó el presidente del MpV- la idea de una Europa
anclada en el respeto y en la promoción de la dignidad humana, de los
derechos del hombre, de la igualdad, está muy presente en el derecho
primario de la Unión y en numerosos actos de las instituciones”.
La movilización pedida por Carlo Casini y por los movimientos
pro-vida europeos asume un significado particularmente relevante,
considerando la situación de colapso demográfico y de pirámide invertida
entre los jóvenes y los ancianos en Europa.
Para el crecimiento y la difusión del Evangelio para la vida, el MpV
organizó una serie de encuentros en la caseta que se encontraba en el
Meeting de Rímini.
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