El compañero de evangelización de san Pablo está enterrado en Italia
Una delegación ortodoxa visitó el pasado viernes la ciudad italiana de
Termoli, sobre el Adriático, para venerar las reliquias de san Timoteo y
programas una visita de éstas a Rusia.
La comitiva estaba formada
por el arzobispo de Elista (Cáucaso), Zósimo, por el obispo de
Kemerovo, Aristarh, y por otro cinco eclesiásticos.
La delegación estuvo acompañada por monseñor Antonio Mennini, actual
nuncio en Gran Bretaña, y durante muchos años, anterior nuncio en Rusia.
Los prelados fueron acogidos por el obispo local, monseñor Gianfranco
de Luca, junto con miembros de la curia diocesana.
“Los hermanos ortodoxos manifestaron querer venerar donde ellos las
reliquias del discípulo predilecto del apóstol Pablo”, indicó el
portavoz. “La propuesta es hacer llevar el cráneo de San Timoteo,
durante la Cuaresma ortodoxa, por una delegación guiada por el obispo de
Termoli”.
La idea es que “el propio arzobispo ortodoxo devuelva a Termoli la
sagrada reliquia, participando en la fiesta que cada año se celebra para
honrar al santo, con ocasión de la colocación de sus restos en la
cripta de la Basílica catedral”.
Los obispos ortodoxos presentarán en los próximos días la propuesta
al Patriarca de Moscú, que valorará lo que hay que hacer al respecto.
“La fe ortodoxa, muy inclinada a manifestar gran atención hacia las
sagradas reliquias de los santos, fue amplia y ejemplarmente expresada
por la delegación visitante, en particular cuando tuvo la posibilidad de
encontrarse ante el cuerpo de san Timoteo, conservado en la
correspondiente vitrina colocada en el ábside izquierdo de la catedral, y
cuando el obispo presentó la pequeña urna de la cabeza de san Timoteo”,
precisó.
Al final del encuentro, monseñor De Luca entregó a los obispos
ortodoxos dos pequeñas reliquias de san Timoteo, mientras que los
huéspedes entregaron al obispo local un icono y una reliquia de san
Serafín.
Encontradas casualmente en 1945 en la cripta de la basílica catedral
de Termoli durante los trabajos de restauración, las reliquias de san
Timoteo, durante muchos siglos, fueron ocultadas para evitar robos. El
lugar de la sepultura fue de tal modo mantenido en secreto que se
perdieron las huellas de esta preciosa presencia, hasta el punto de que
los propios habitantes de Termoli lo habían olvidado.
Conservadas en un pequeño nicho, fueron recubiertas con una losa de
mármol, sobre la que se escribió con letras mayúsculas: “…. Aquí reposa
el beato Timoteo discípulo del apóstol Pablo…”. el cráneo, en cambio,
siempre se conservó en la capilla privada del episcopio de la ciudad. En
la caja de madera de conservaba el cuerpo, de hecho, no se encontró el
cráneo.
En la histórica visita del beato Juan Pablo II a Termoli del 19 de
marzo de 1983, el Papa veneró con mucha devoción la sagrada reliquia,
ante la cual se puso a rezar.
Las reliquias de san Timoteo fueron llevadas a Termoli, sostiene monseñor D’Agostino en una obra de 1977, “Termoli e la Diocesi”,
por el conde Oliviero de Termoli a la vuelta de la cruzada, tras el
asalto a la ciudad de Constantinopla. Tales noticias no se reflejan en
documentos históricos, lo cierto es que en 1239 fueron escondidas en un
nicho a noventa centímetros del suelo de la catedral, junto al muro
exterior del ábside de la derecha.
No existen tampoco documentos que de forma explícita atestigüen la
traslación desde Oriente a la ciudad adriática, pero nunca se ha puesto
en tela de juicio. En 1947 el reverendo Ferrua, eminente experto de
antigüedades cristianas, publicó en La Civiltà Cattolica el
resultado de su estudio sobre el hallazgo, que concluía con un juicio
positivo sobre su autenticidad, ya sostenida por la Comisión Histórica
de la Sagrada Congregación de los Ritos, en un informe del 9 de enero
del mismo año.
zenit.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario