Audiencia a los miembros de la Comisión Teológica Internacional
Del 28 de noviembre al 2 de diciembre se celebró, en la Domus Sanctae Marthae,
en el Vaticano, la sesión anual plenaria de la Comisión Teológica
Internacional, sobre el estudio de la cuestión metodológica en la
teología actual, la comprensión del monoteísmo y el significado de la
Doctrina Social de la Iglesia. Al final del encuentro, este viernes, en
la Sala de los Papas del Palacio Apostólico Vaticano, Benedicto XVI
recibió a los miembros de la Comisión, dirigiéndoles un discurso en el
que puso a María como modelo del teólogo y la teóloga.
El papa
agradeció las palabras del cardenal William Levada, presidente de la
Comisión. Dijo Benedicto XVI que “todo teólogo está llamado a ser hombre
del adviento, testigo de la espera vigilante, que ilumina las vías de
la inteligencia de la Palabra que se ha hecho carne”.
Afrontó el papa los tres temas que han sido objeto de estudio de la
Comisión. “Detrás de la profesión de la fe cristiana en el Dios único,
se encuentra la cotidiana profesión de fe del pueblo de Israel:
'Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor'”, dijo el
papa.
Los conflictos étnicos y religiosos del mundo “hacen cada vez más
difícil acoger la singularidad del pensamiento cristiano de Dios y del
humanismo inspirado por este”, señaló.
“Debemos vivir nuevamente la experiencia de los primeros discípulos,
que 'se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y
participar en la vida común, en la fracción del pan y en las
oraciones'”, dijo Benedicto XVI.
Sobre la Doctrina Social de la Iglesia y el conjunto de la Doctrina
cristiana, dijo el papa que “el compromiso social de la Iglesia no es
sólo algo humano, ni se resuelve en una teoría social. La transformación
de la sociedad, realizada por los cristianos a través de los siglos, es
una respuesta a la venida al mundo del Hijo de Dios: el esplendor de
tal Verdad y Caridad ilumina toda la cultura y sociedad”.
“Nuestro encuentro confirma de forma significativa que la Iglesia
necesita la competencia y fiel reflexión de los teólogos sobre el
misterio del Dios, de Jesucristo y de su Iglesia. Sin una sana y
vigorosa reflexión teológica, la Iglesia podría no expresar plenamente
la armonía entre fe y razón. Al mismo tiempo, sin la fiel vivencia de la
comunión con la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, como espacio
vital de la propia existencia, la teología no podría dar una razón
adecuada del don de la fe”, afirmó.
Animó, a través de estos teólogos que lo visitaban “a todos los
hermanos y hermanas teólogos que están en los distintos contextos
eclesiales” e invocó sobre ellos “la intercesión de María, Mujer del
Adviento y Madre del Verbo encarnado, que es para nosotros, en su
custodia de la Palabra en su corazón, paradigma de la recta teología, el
modelo sublime del verdadero conocimiento del Hijo de Dios”.
Para leer el discurso completo, enlazar en: http://www.zenit.org/article-41074?l=spanish.
zenit.org
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