Los obispos condenan el asesinato por las FARC de secuestrados
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) ha hecho público un
comunicado este martes en el que condena el asesinato “inmisericorde” de
cuatro secuestrados colombianos a manos de la guerrilla de las Fuerzas
Aramadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La Conferencia
Episcopal “lamenta y rechaza el asesinato cometido por la guerrilla de
las FARC de cuatro miembros de la fuerza pública, mantenidos
secuestrados durante largos años, en hechos de profunda inhumanidad
ocurridos en este fin de semana”, afirma el comunicado. “Duele el drama
–añade- que han vivido por años estos hermanos nuestros y sus familias.
Duele la forma como se ha roto la esperanza de volverlos a tener en el
hogar, con vida, sanos y salvos. Duele la atrocidad de la violencia
fratricida”.
Los obispos constatan “la cruel realidad de seres humanos que han
sufrido en su dignidad por la violación de sus derechos fundamentales y
cuya vida ha sido segada inmisericordemente”. Ante este hecho, afirman,
los colombianos tienen que “exigir que el respeto de la persona y de la
vida humana sean siempre el objetivo central de toda actividad de la
sociedad”, así como que “por ningún motivo se justifique el asesinato de
hermanos o la violencia en ninguna de sus formas” y que “se apliquen
los valores y principios humanitarios que tantas veces se sacrifican en
medio de las confrontaciones”, así como que “cuanto antes cese el
conflicto armado que durante tantos años ha sembrado de sangre y de
destrucción a nuestra Patria”.
Recuerdan los pastores “el trabajo constante de la Iglesia Católica
junto a las víctimas del conflicto armado”, en el que “tienen un espacio
prioritario los secuestrados y quienes han perdido a sus seres
queridos”.
Prometen seguir “trabajando incansablemente por el ideal de una
sociedad en paz, en la que se respete la vida, en la que la dignidad de
cada persona sea reconocida plenamente, en la que la libertad sea un
valor central y la justicia y la equidad social guíen el conjunto de la
sociedad”.
Manifiestan su “plena solidaridad con las familias que han sido
víctimas de tan graves atropellos”, se unen “a ellos para orar juntos,
para pedir al Señor de la vida que sea consuelo y compañía en estos
momentos de tanto dolor” e invitan “a todos los colombianos a no perder
la esperanza, a mirar hacia el futuro con la certeza de que el amor y la
justicia son más fuertes que todo lo que intente destruir nuestra
sociedad”.
El comunicado está firmado por el arzobispo de Bogotá, primado de Colombia y presidente de la CEC Rubén Salazar Gómez.
zenit.org
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