Viernes, 02 dic. (RV).- A las 11 de la mañana Benedicto XVI recibió a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, Organismo que ayuda a la Santa Sede a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia. Se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones. En actuación de la propuesta hecha por la primera asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Pablo VI, el 11 de abril de 1969 instituyó, en conexión con la Congragación para la Doctrina de la Fe, una Comisión Teológica Internacional.
La función de la Comisión es ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia. El Presidente de la Comisión es el Card. William Joseph Levada, el Secretario General es el P. Charles Morerod, O.P.
La Comisión que cuenta con 32 miembros se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia y son nombrados por el Santo Padre por cinco años, pero son propuestos por el Cardenal Prefecto de la Congregación y tras consulta con las Conferencias Episcopales.
La Comisión se reúne «en asamblea plenaria» al menos una vez al año, pero puede desarrollar su actividad también por medio de subcomisiones. Los resultados de los estudios son presentados al Santo Padre y entregados para su oportuna utilización a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Benedicto XVI destacó en su discurso que los trabajos de esta Sesión han coincidido con la primera semana de Adviento, ocasión que hace recordar que cada teólogo está llamado a ser el hombre del adviento, testigo de la esperada vigilia que ilumina los caminos de la inteligencia de la Palabra que se ha hecho carne, y añadió que podemos decir que el conocimiento del verdadero Dios tiende y se nutre constantemente de aquella “hora”, que nos es desconocida y en la que el Señor volverá. Tener alerta la vigilancia y vivificar la esperanza de la espera –dijo- no es una tarea secundaria.
Además enfatizó que le es particularmente grato reflexionar nuevamente con todos ellos sobre tres temas que la Comisión Teológica Internacional ha estado estudiando en los último años, el primero que se refiere a la cuestión fundamental para cada reflexión teológica, la cuestión de Dios y en particular la comprensión del monoteísmo. Sobre este primer tema de estudio explicó que a partir de este amplio horizonte doctrinal es que se ha podido profundizar un tema de carácter eclesial sobre el significado de la Doctrina Social de la Iglesia, reservando además una atención particular a una temática que hoy es de gran actualidad para el pensar teológico de Dios.
(Audio) “Tras la profesión de la fe cristiana en el Dios único se encuentra la cotidiana profesión de fe del pueblo de Israel. El inaudito cumplimiento de la libre disposición del amor de Dios hacia todos los hombres se ha realizado en la encarnación del Hijo en Jesucristo. En tal revelación de la intimidad de Dios y de la profundidad de su relación con el hombre”. Es en el misterio trinitario que se ilumina también la hermandad entre los hombres. La teología cristiana, junto con la vida de los creyentes, debe restituir la feliz y cristalina evidencia al impacto sobre nuestra comunidad de la Revelación trinitaria”.
Acto seguido el Santo Padre recordó que si bien los conflictos étnicos y religiosos en el mundo hacen más difícil acoger la singularidad del pensar cristiano de Dios y del humanismo que de éste es inspirado; los hombres pueden reconocer en el Nombre de Jesucristo la verdad de Dios Padre hacia la cual el Espíritu Santo dirige cada gemido de la creatura. Puntualizó que la teología, en fecundo diálogo con la filosofía, puede ayudar a los creyentes a tomar conciencia y dar testimonio de que el monoteísmo trinitario es la verdadera fuente de la paz personal y universal.
(Audio) “El punto de partida de toda teología cristiana es la acogida de esta Revelación divina: la acogida personal del Verbo hecho carne, la escucha de la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura. Sobre esta base de partida, la teología ayuda a la inteligencia creyente de la fe y a su transmisión. Toda la historia de la Iglesia muestra que el reconocimiento del punto de partida no basta para alcanzar la unidad en la fe. Toda lectura de la Biblia se coloca necesariamente en un contexto específico de lectura, y el único contexto en el cual el creyente puede estar en plena comunión con Cristo es la Iglesia y su tradición viva”.
El sucesor de Pedro añadió que debemos vivir siempre y nuevamente la experiencia de los primeros discípulos que perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión, al compartir el pan y en las oraciones, recordando que desde esta perspectiva la Comisión Teológica Internacional ha estudiado los principios y los criterios según los cuales una teología puede ser católica, pero también reflexionado sobre la contribución actual de la teología.
Es importante recordar que la teología católica, cuidadosa del lazo que une fe y razón, ha tenido un papel histórico en el nacimiento de la Universidad. Y enfatizó que este papel es hoy más que nunca necesario para hacer posible una sinfonía de las ciencias y para evitar las derivas violentas de una religiosidad que se opone a la razón y de una razón que se opone a la religión.
Otro punto analizado por el Papa en su discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional fue el de los estudios que realizan entre Doctrina social de la Iglesia y el conjunto de la Doctrina cristiana. Al respecto subrayó que el compromiso social de la Iglesia no es solo humano, ni se resuelve en una teoría social. Explicó que la transformación de la sociedad actuada por los cristianos a través de los siglos es una respuesta a la venida al mundo del Hijo de Dios: el esplendor de esta Verdad y Caridad ilumina a cada cultura y sociedad, empezando por la familia:
(Audio) “Los discípulos de Cristo Redentor saben que sin la atención al otro - el perdón, el amor también de los enemigos- ninguna comunidad humana puede vivir en paz; y esto inicia en la primera y fundamental sociedad que es la familia. En la necesaria colaboración a favor del bien común también con quien no comparte nuestra fe, debemos hacer presentes los verdaderos y profundos motivos religiosos de nuestro compromiso social, así como esperamos de los demás que nos manifiesten sus motivaciones para que la colaboración se haga claramente. Quien habrá percibido los fundamentos del actuar social cristiano podrá de esta manera encontrar un estímulo para tomar en consideración la misma fe en Jesucristo”.
Hacia el final de su discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, el Papa les aseguró que el encuentro celebrado eta mañana en el Vaticano confirma de modo significativo hasta qué punto la Iglesia tiene necesidad de la competente y fiel reflexión de los teólogos sobre el misterio del Dios de Jesucristo y de su Iglesia. Sin una sana y vigorosa reflexión teológica la Iglesia peligraría de no expresar plenamente la armonía entre la fe y la razón. Pero al mismo tiempo –añadió el Papa- sin el fiel vivir de la comunión con la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, como espacio vital de la propia existencia, la teología no lograría dar una adecuada razón del don de la fe.
(PLJR)
radiovaticana.org
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