Por onceava vez en aproximadamente una década, el gobierno de Canadá negó el financiamiento a un grupo católico pro-vida que ayuda a madres embarazadas. Al mismo tiempo aprobó darle 6 millones de dólares a la principal trasnacional del aborto en el mundo, la International Planned Parenthood Federation (IPPF).
En declaraciones a ACI Prensa, el Presidente de MaterCare International, Dr. Robert Walley, señaló que "nos dijeron que nunca obtendríamos financiamiento simplemente porque no damos ‘salud reproductiva’, somos ‘demasiado católicos’ y muy cercanos al Papa".
MaterCare International está compuesta por ginecólogos y obstetras
que trabajan en todo el mundo asistiendo a embarazadas, especialmente en
países desarrollados, en donde las ayudan antes, durante y después del
parto.
El 3 de octubre se supo que esta organización fue excluida del grupo
de aquellas destinatarias de la Canadian International Development
Agency, (la agencia internacional de ayuda canadiense), en el marco de
la llamada iniciativa Muskoka 2010 que busca proporcionar cuidado a las
madres, inmunización y nutrición.
El Primer Ministro de Canadá, Stephen Harper, recientemente anunció el nombre de los 28 proyectos que se repartirán los 82 millones de dólares presupuestados hasta 2016. Los grupos incluyen a la IPPF con 6 millones, el Fondo de Población de la ONU (UNFPA) de marcado sesgo abortista, y la Cruz Roja Canadiense.
Otras organizaciones cristianas como el Presbyterian World Service
and Development, World Vision, y el Christian Children’s Fund of Canada
también recibirán parte del dinero.
Al respecto, Walley dijo a ACI Prensa que "cada uno de estos grupos
son muy grandes, muy ricos, lo que significa que agencias más pequeñas
como la nuestra están tratando de ser congeladas".
Esta postura, explicó, tiene que ver con la decisión de la agencia
canadiense "hace algunos años de eliminar a las pequeñas ONGs,
especialmente a aquellas que tuvieran algún sustrato relacionado con la fe".
MaterCare International, que sirve en países en vías de desarrollo
desde 1985, había solicitado 2,2 millones de dólares para abrir un
hospital cerca a una de sus pequeñas clínicas en Isiolo, Kenia. "Hemos
hecho muchas cosas que existen y aún resisten allí", dijo Walley.
Para empeorar la situación, continuó el también miembro del
Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, el Primer Ministro de
Canadá lo invitó a "dar una orientación pública sobre la iniciativa"
Muskoka, por lo que la decisión de negarles el financiamiento "realmente es insultante".
El Dr. Walley cuestionó además que se les haya negado el dinero por su postura pro-vida
y por lo tanto contraria a la eliminación de bebés en el vientre
materno: "el aborto y la anticoncepción son irrelevantes a la hora de
solucionar el problema de la mortalidad materna", precisó.
Ante el desafío de la mortalidad materna, el experto dijo que lo que
se necesita es un "Plan Marshall" para madres de modo tal que se
invierta más dinero para sostener a las mamás y sus hijos recién nacidos
en los países en desarrollo.
"La maternidad tiene un gran significado para nosotros como Iglesia.
No sólo nuestra Madre María, la Madre de Dios dijo ‘sí’, sino que
además ninguno de nosotros estaría aquí si no tuviésemos mamá",
concluyó.
aciprensa.com
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