Leí en el n°21 de YOUCAT, el excelente
resumen del CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, que se entregó a cada uno
de los peregrinos a la JMJ, una idea que me gustó:
“No es lo mismo creer que saber”.
El saber es más seguro.
Si un paracaidista le pregunta al encargado que le ha preparado el paracaídas si todo está bien, espera que el otro le diga: “Todo bien. Lo he revisado yo”.
Si el encargado le dice: “Creo que sí”, el paracaidista no se queda tranquilo. Quiere seguridad.
Todos deseamos seguridad.
Nadie pone su dinero en Banco que está en peligro de quiebra.
Nadie toma un medicamento que está caducado.
La fe divina es un creer seguro, porque me fío de Dios.
Y esto da más seguridad que mis propias averiguaciones.
Porque yo me puedo equivocar; pero Dios, no.
Si Dios me comunica una cosa en la Revelación, eso es más cierto que todo lo que yo pueda saber.
Por eso la fe divina es un creer que supera mi saber.
“No es lo mismo creer que saber”.
El saber es más seguro.
Si un paracaidista le pregunta al encargado que le ha preparado el paracaídas si todo está bien, espera que el otro le diga: “Todo bien. Lo he revisado yo”.
Si el encargado le dice: “Creo que sí”, el paracaidista no se queda tranquilo. Quiere seguridad.
Todos deseamos seguridad.
Nadie pone su dinero en Banco que está en peligro de quiebra.
Nadie toma un medicamento que está caducado.
La fe divina es un creer seguro, porque me fío de Dios.
Y esto da más seguridad que mis propias averiguaciones.
Porque yo me puedo equivocar; pero Dios, no.
Si Dios me comunica una cosa en la Revelación, eso es más cierto que todo lo que yo pueda saber.
Por eso la fe divina es un creer que supera mi saber.
JORGE LORING, S.I.
religionenlibertad.com
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