No muy distinto a un Starbucks, emite por sus pantallas imágenes sin
sonido de paisajes con el texto de versículos de la Biblia, una serie de
DVDs llamada "Watchword Bible".
Jamie Murray, el propietario del café
"Salt & Light Coffee House" en Blackpool (Lancashire, Inglaterra) no
salía de su asombro cuando el pasado lunes 19 de septiembre dos agentes de la Policía del condado entraron en su local y le prohibieron emitir versículos de la Biblia por las pantallas.
Murray es un cristiano evangélico y su café se presenta como un "café cristiano", que frecuentan parroquianos de su comunidad. No muy distinto a un Starbucks, emite por sus pantallas imágenes sin sonido de paisajes con el texto de versículos de la Biblia, una serie de DVDs llamada "Watchword Bible".
Los agentes dijeron que habían recibido una queja por "exposición de material insultante y homófobo", y que eso es contrario a la sección 5 del Acta de Orden Público que rige en toda Inglaterra. Cuando le prohibieron seguir emitiendo sus DVDs con texto bíblico, él respondió: "Supongo que no es un crimen mostrar la Biblia", a lo que los policías contestaron que lo habían consultado con su sargento y que se violaba la susodicha "sección 5".
Murray dejó de emitir unos días... hasta que se puso en contacto con los abogados del Christian Institute (www.christian.org.uk), una organización legal cristiana conservadora que atiende estos casos y defiende la libertad de expresión y el derecho de admisión de los cristianos.
"Hemos visto como la Policía no hace nada mientras extremistas musulmanes llevan carteles que animan a decapitar infieles, pero ¡ay si un café cristiano emite versículos de la Biblia!", protesta Mike Judge, director de comunicación del Christian Institute. "Sí, la Biblia habla de moralidad, claro, pero la Biblia no incita al odio. Estar en desacuerdo no es odiar. Si a un cliente del café no le gustan partes de la Biblia, lo normal es que se vaya a otro local, no que marque el número de la policía".
Judge se pregunta si la policía de Lancashire va a editar su propia Biblia políticamente correcta.
El caso es que el Christian Institute ya ganó en 2005 un juicio contra la policía del condado, que tuvo que pagar 10.000 libras de compensación a un anciano matrimonio de pensionistas, Joe y Helen Roberts, que estaba siendo investigado policialmente porque, interrogados por su ayuntamiento, habían dicho que no estaban de acuerdo con la homosexualidad. Después de aquel caso la policía regional prometió que adaptaría sus procedimientos para evitar este tipo de absurdos, y así lo hizo... hasta ahora.
Murray vuelve a emitir sus vídeos bíblicos en su local y el Christian Institute explica que "el señor Murray podría tener base para denunciar a la policía por infracción de sus derechos a la libertad religiosa y la libre expresión". "Yo no quiero insultar ni ofender a nadie pero la Biblia es la Biblia. Siempre se nos dice que somos un país plural y tolerante pero lo que nos da esos valores, el cristianismo, está siendo dejado de lado", protesta Murray.
Hasta los laicistas están contra esa ley
La palabra "insultante" en el Acta de Orden Público no gusta ni a cristianos ni a laicistas. Tanto el Christian Institute como el lobby laicista National Secular Society o el grupo de derechos civiles Liberty and Justice piden que se retire de ese texto legal. Cualquiera puede considerar insultante cualquier cosa. El Ministerio de Interior ha prometido analizar el caso, pero por el momento responde que los abusos contra la norma se controlan mejor formando a la policía y mejorando su entrenamiento.
Gay y ateo, contra la "nueva moral tiránica"
En marzo de 2011, David Starkey, un historiador habitual em los medios de comunicación del Reino Unido, protestó contra una sentencia que impedía a un matrimonio cristiano adoptar niños porque "su moral sexual (cristiana) podía dañar" a los menores. “Soy gay y soy ateo, pero tengo profundas dudas sobre este caso. Me parece que lo que estamos haciendo es producir una nueva moral tiránica que en sus detalles es tan opresiva como la antigua”. "Se está presentando una nueva especie de moral liberal, que es tan intolerante, tan opresiva y tan invasiva en la vida familiar, añadió.
Starkey también planteó el caso de la pareja británica que era dueña de un pequeño hotel y que fue multada por no hospedar a una pareja homosexual en al misma habitación. Starkey se opuso a la multa: “la forma de tratar el caso no es prohibiendo ni multando. Simplemente se trata de poner lo que me parece que es un aviso muy apropiado en un pequeño hotel administrado privadamente que dice que somos cristianos y que eso es lo que creemos”. Agregó que “de otro modo, como dije, estamos produciendo una nueva tiranía”.
Murray es un cristiano evangélico y su café se presenta como un "café cristiano", que frecuentan parroquianos de su comunidad. No muy distinto a un Starbucks, emite por sus pantallas imágenes sin sonido de paisajes con el texto de versículos de la Biblia, una serie de DVDs llamada "Watchword Bible".
Los agentes dijeron que habían recibido una queja por "exposición de material insultante y homófobo", y que eso es contrario a la sección 5 del Acta de Orden Público que rige en toda Inglaterra. Cuando le prohibieron seguir emitiendo sus DVDs con texto bíblico, él respondió: "Supongo que no es un crimen mostrar la Biblia", a lo que los policías contestaron que lo habían consultado con su sargento y que se violaba la susodicha "sección 5".
Murray dejó de emitir unos días... hasta que se puso en contacto con los abogados del Christian Institute (www.christian.org.uk), una organización legal cristiana conservadora que atiende estos casos y defiende la libertad de expresión y el derecho de admisión de los cristianos.
"Hemos visto como la Policía no hace nada mientras extremistas musulmanes llevan carteles que animan a decapitar infieles, pero ¡ay si un café cristiano emite versículos de la Biblia!", protesta Mike Judge, director de comunicación del Christian Institute. "Sí, la Biblia habla de moralidad, claro, pero la Biblia no incita al odio. Estar en desacuerdo no es odiar. Si a un cliente del café no le gustan partes de la Biblia, lo normal es que se vaya a otro local, no que marque el número de la policía".
Judge se pregunta si la policía de Lancashire va a editar su propia Biblia políticamente correcta.
El caso es que el Christian Institute ya ganó en 2005 un juicio contra la policía del condado, que tuvo que pagar 10.000 libras de compensación a un anciano matrimonio de pensionistas, Joe y Helen Roberts, que estaba siendo investigado policialmente porque, interrogados por su ayuntamiento, habían dicho que no estaban de acuerdo con la homosexualidad. Después de aquel caso la policía regional prometió que adaptaría sus procedimientos para evitar este tipo de absurdos, y así lo hizo... hasta ahora.
Murray vuelve a emitir sus vídeos bíblicos en su local y el Christian Institute explica que "el señor Murray podría tener base para denunciar a la policía por infracción de sus derechos a la libertad religiosa y la libre expresión". "Yo no quiero insultar ni ofender a nadie pero la Biblia es la Biblia. Siempre se nos dice que somos un país plural y tolerante pero lo que nos da esos valores, el cristianismo, está siendo dejado de lado", protesta Murray.
Hasta los laicistas están contra esa ley
La palabra "insultante" en el Acta de Orden Público no gusta ni a cristianos ni a laicistas. Tanto el Christian Institute como el lobby laicista National Secular Society o el grupo de derechos civiles Liberty and Justice piden que se retire de ese texto legal. Cualquiera puede considerar insultante cualquier cosa. El Ministerio de Interior ha prometido analizar el caso, pero por el momento responde que los abusos contra la norma se controlan mejor formando a la policía y mejorando su entrenamiento.
Gay y ateo, contra la "nueva moral tiránica"
En marzo de 2011, David Starkey, un historiador habitual em los medios de comunicación del Reino Unido, protestó contra una sentencia que impedía a un matrimonio cristiano adoptar niños porque "su moral sexual (cristiana) podía dañar" a los menores. “Soy gay y soy ateo, pero tengo profundas dudas sobre este caso. Me parece que lo que estamos haciendo es producir una nueva moral tiránica que en sus detalles es tan opresiva como la antigua”. "Se está presentando una nueva especie de moral liberal, que es tan intolerante, tan opresiva y tan invasiva en la vida familiar, añadió.
Starkey también planteó el caso de la pareja británica que era dueña de un pequeño hotel y que fue multada por no hospedar a una pareja homosexual en al misma habitación. Starkey se opuso a la multa: “la forma de tratar el caso no es prohibiendo ni multando. Simplemente se trata de poner lo que me parece que es un aviso muy apropiado en un pequeño hotel administrado privadamente que dice que somos cristianos y que eso es lo que creemos”. Agregó que “de otro modo, como dije, estamos produciendo una nueva tiranía”.
religionenlibertad.com
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