por: Gabriela Ruiz
La
codependencia es una enfermedad en donde aquel que la padece pierde la conexión con lo que siente,
necesita y desea. ¿Cómo es esto?.
Bueno
para empezar es necesario describir a la persona codependiente. Siempre será
una persona con un alto nivel de inseguridad sobre sí misma, sobre su persona,
cree que su valor depende de la
opinión de los demás, da más importancia a los demás que a sí mismo, son
personas que se crean una falsa personalidad para poder entablar relaciones “medio duraderas”, pero “muy
disfuncionales". Son personas que en realidad tienen poca consciencia de sí
mismos, de lo que quieren y de lo que sienten, ya que se encuentran
desconectados de su lado emocional y están completamente al servicio del “qué
dirán”
La codependencia se gesta en las
familias disfuncionales, aquellas familias híper vigilantes en donde el
ambiente familiar está lleno de
estrés y tensión, dentro de estas familias es muy común que exista
adicción al alcohol, drogas, o que existan enfermedades emocionales
muy claras por uno o varios miembros de la misma.
Cuando
estamos en pleno desarrollo en la
infancia, lo que necesitamos
es seguridad y modelos
saludables que nos ayuden a determinar nuestra propia personalidad, y a
los
cuales podamos imitar para poder entender nuestras propias sensaciones
internas. Ya que, sí esto no ocurre y el niño no hace conexión con
sus sentimientos, tratará de llenar sus
necesidades con estímulos externos
y se convertirá en un adulto codependiente. Recordemos que para la
persona codependiente no existen los limites, por lo tanto: tu eres yo,
yo soy tu, tu y yo somos uno mismo.
Y
entonces nos encontramos
frecuentemente adultos que
van por la vida formando relaciones condicionadas: “te amo si cambias”,
“Si no haces lo que te digo te recrimino, te persigo y me convierto en tu
victima”, “¿Por qué no me contestas las 300 veces que te llamó al día?”. En
conclusión aquellos codependientes, podrán ser adultos físicamente sin embargo,
emocionalmente son niños, que necesitan la aprobación y dirección,
de un adulto.
Todo amor que no
produce paz, sino angustia o culpa esta contaminado de codependencia. Ese tipo de amor patológico,
de obsesión, es sumamente
destructivo. Al no producir paz interior ni crecimiento espiritual, no lleva a
la felicidad. La codependencia crea amargura, angustia, enojo y culpabilidad
irracional., nace de un hambre
malsana de amor. El dolor
en la codependencia es
mayor que el amor que se recibe.
En conclusión debemos de conocernos a
nosotros mismo, tener un trabajo personal, que conste de: reconocimiento
emocional, desarrollo espiritual,
formación integra de nuestra identidad y nuestra personalidad, que nos
permita desarrollarnos adecuadamente. El amar en la vida adulta, implica un
grado alto de madurez afectiva es
decir, ser capaz de relacionarte sana y plenamente.
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