Como es habitual después de cada uno de sus viajes, el Papa Benedicto XVI
pasó revista en la audiencia general de este miércoles a su visita a su
tierra natal, Alemania, que realizó entre el 22 y el 25 de septiembre, a
la que definió como "una gran fiesta de fe".
En la Plaza de San Pedro y ante miles de fieles presentes, el Santo
Padre comentó que en este viaje pudo percibir "cómo Dios confiere a
nuestra vida el sentido más profundo, la verdadera plenitud".
El Papa pasó revista a las etapas y lugares de su viaje comenzando
por la capital, Berlín, donde ante el Parlamento federal o Bundestag
expuso "el fundamento del derecho y del libre Estado de derecho, es decir la medida de cualquier derecho, grabado por el Creador en la naturaleza misma de su creación".
A esa visita siguió el encuentro con los representantes de la
comunidad judía en Alemania en la que tras recordar "las raíces comunes
en la fe del Dios de Abraham, Isaac y Jacob" se resaltó "los frutos
obtenidos hasta ahora en el diálogo entre la Iglesia católica y el Judaísmo en Alemania".
Asimismo, en el coloquio con los miembros de la comunidad musulmana,
el se destacó "la importancia de la libertad religiosa para el
desarrollo pacífico de la humanidad".
Benedicto XVI manifestó su alegría por la nutrida participación en la Misa celebrada en el Estadio Olímpico de Berlín, cuya homilía estuvo dedicada a "la importancia de estar unidos a Cristo por nuestras vidas personales de creyentes y por nuestro ser Iglesia, su Cuerpo místico".
En la segunda etapa de su viaje el Papa visitó la región de Turingia, la cuna del protestantismo. De ahí el "énfasis particular del ecumenismo en este viaje",
en el que se encontró con los miembros del Consejo de la Iglesia
Evangélica Alemana en Erfurt, donde Martin Lutero entró en la comunidad
agustina y fue ordenado sacerdote.
En el ex convento Agustino de esa localidad, dijo el Papa, "nos dimos cuenta una vez más de la importancia de nuestro testimonio común de fe en Jesucristo en el mundo actual" y que "es necesario un esfuerzo conjunto hacia el camino de la unidad plena".
Benedicto XVI precisó que "sólo Cristo puede darnos esa unidad, y
estaremos cada vez más unidos en la medida en que volvamos a Él y nos
dejemos transformar por Él".
El Santo Padre recordó las vísperas celebradas en el santuario
mariano de Etzelsbach, situado en la región de Eichsfeld, "una franja de
tierra que siempre fue católica en las diversas vicisitudes de la
historia y cuyos habitantes se opusieron siempre con valor a las dictaduras del nazismo y el comunismo".
Durante la Misa celebrada en la Domplatz de Erfurt el Papa habló de
los santos patronos de Turingia: Santa Isabel, San Bonifacio y San
Kilian, y subrayó "el ejemplo luminoso de quienes fueron testigos del
Evangelio en los sistemas totalitarios" invitando a los fieles a "ser santos de hoy, válidos testigos de Cristo, y a transformar realmente el mundo".
"Fue conmovedor el breve encuentro con Mons. Hermann Scheipers, el
último sacerdote vivo que sobrevivió al campo de concentración de
Dachau. En Erfurt, también tuve la oportunidad de encontrar a algunas de
las víctimas de abusos sexuales por parte de religiosos, a quienes
aseguré mi pesar y mi cercanía a su sufrimiento", continuó el Papa.
La arquidiócesis de Friburgo fue la última etapa del viaje
apostólico. Allí tuvo lugar la vigilia de oración con los jóvenes. "Fui
feliz de ver que la fe en mi país natal tiene un rostro joven, que está
viva y tiene futuro –recordó Benedicto XVI–. Repetí a los jóvenes que el
Papa confía en su colaboración: con la gracia de Cristo, son capaces de traer al mundo el fuego de Dios".
En el seminario de esa ciudad, el Papa, quiso mostrar a los
seminaristas "la belleza y la grandeza de su vocación (...) y brindarles
ayuda para seguir el camino con alegría y profunda comunión con
Cristo".
Durante su encuentro con los representantes de las Iglesias ortodoxas
y ortodoxas orientales el Papa insistió en que la tarea común de
católicos y ortodoxos es "ser levadura para la renovación de nuestra sociedad".
La Misa en el aeropuerto turístico de Friburgo fue otro punto
culminante de la visita pastoral, que ofreció al Papa Benedicto "la
oportunidad de dar las gracias a todos los que trabajan en diversas
áreas de la vida eclesial, especialmente a los muchos voluntarios y
empleados de las iniciativas de caridad".
"Son ellos los que hacen posible las muchas ayudas que la Iglesia en
Alemania ofrece a la Iglesia universal, especialmente en tierras de
misión. También les recordé que su valioso servicio será siempre fecundo
cuando se derive de una fe auténtica vivida en unión con los obispos y el Papa, en unión con la Iglesia".
"Por último, antes de regresar hablé a un millar de católicos
comprometidos en la Iglesia y en la sociedad, sugiriéndoles algunas
reflexiones sobre la acción de la Iglesia en una sociedad secularizada, y
la invitación a estar libre de cargas materiales y políticas para ser
más transparente a Dios"
Finalmente el Papa dijo que "este viaje apostólico me ha ofrecido una
ocasión propicia oportunidad para encontrarme con los fieles de mi
patria alemana, para confirmarlos en la fe, en la esperanza y el amor, y compartir con ellos la alegría de ser católico. Pero mi mensaje iba dirigido a todo el pueblo alemán, para invitar a todos a mirar con confianza al futuro. Es cierto: ‘Dónde está Dios, allí hay futuro’".
En su saludo en español el Santo Padre se dirigió de manera
particular a "las Religiosas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús que
celebran su Capítulo General; a los fieles de las Diócesis de Teruel y
Albarracín; a los peregrinos de la Arquidiócesis de Santo Domingo, junto
a su Obispo Auxiliar; a los sacerdotes de la Arquidiócesis de Medellín,
así como a los demás grupos venidos de España, Colombia, Chile,
República Dominicana, México y otros países latinoamericanos".
"Invito a todos -concluyó- a dar gracias al Señor por esta Visita
Apostólica a Alemania, suplicándole que, cuanto he podido sembrar en
estos días, ayude a percibir cada vez más cómo Dios ofrece a todos un
futuro. Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario