Me alegra poder comunicarme con ustedes en este acontecimiento tan importante para nuestra Iglesia en Argentina. Gracias por darme esta oportunidad de unirme en esta acción de gracias al celebrar los 100 años de la Facultad de Teología de la UCA vinculándolos con los 50 años del Concilio Vaticano II.
Ustedes estuvieron reunidos tres días haciendo de esta fiesta una oportunidad para hacer memoria, para recuperar la memoria del paso de Dios por nuestra vida eclesial y hacer de este paso un motivo de agradecimiento.