Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hemos escuchado el Evangelio de la llamada de Mateo. Mateo era un “publicano”, es decir un cobrador de impuestos por parte del imperio romano, y por esto, considerado un pecador público. Pero Jesús lo llama a seguirlo y a convertirse en su discípulo. Mateo acepta, y lo invita a cena en su casa junto a los discípulos. Entonces surge una discusión entre los fariseos y los discípulos de Jesús por el hecho de que ellos comparten el comedor con los publicanos y los pecadores: