Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
hemos reflexionado sobre los tres primeros dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento y consejo. Hoy pensemos en lo que hace el Señor, Él viene siempre a sostenernos en nuestra debilidad y esto lo hace con un don especial: el don de la Fortaleza.
1. Hay una parábola que nos ayuda a comprender la importancia de este don. Un sembrador va a sembrar;