«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
La página evangélica de hoy, tomada del décimo capítulo del Evangelio de Lucas (1-12 17-20), nos hace comprender cuán necesario es invocar a Dios «el Señor de la mies, para que envíe obreros para su mies» (2). Los ‘obreros’ de los que habla Jesús son los misioneros del Reino de Dios, a los que Él mismo llamaba y enviaba «de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde Él debía ir».