Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En días pasados he cumplido mi primer Viaje apostólico al África. ¡África es hermosa! Doy gracias al Señor por este gran don suyo, que me ha permitido visitar tres Países: primero Kenia, luego Uganda y finalmente la República Centroafricana. Nuevamente manifiesto mi reconocimiento a las Autoridades civiles y a los Obispos de estas Naciones por haberme acogido, y agradezco a todos aquellos que de diversas maneras han colaborado. ¡Gracias de corazón!