¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
Luego de su resurrección, Jesús aparece diversas veces a los discípulos, antes de ascender a la gloria del Padre. El pasaje del Evangelio que hemos apenas escuchado (Lc 24,45-48) narra una de estas apariciones, en la cual el Señor indica el contenido fundamental de la predicación que los apóstoles deberán ofrecer al mundo.