Roma, 4 (NE – eclesiales.org) “¿Qué actitud asumimos frente a Jesús?” Esa fue la pregunta lanzada este domingo por el Papa Benedicto XVI, al dirigirse a los peregrinos congregados en la Plaza San Pedro para el rezo del Angelus. En su breve alocución, recordando la lectura del Evangelio de la Misa dominical, el Santo Padre, reflexionó sobre el relato del ciego de nacimiento. “También nosotros, a causa del pecado de Adán, hemos nacido ‘ciegos’, pero frente a la fuentebautismal hemos sido iluminados por la gracia de Cristo”, recordó el Papa.
“El pecado había herido a la humanidad destinándola a la oscuridad de la muerte, pero en Cristo resplandece la novedad de la vida y la meta a la que hemos sido llamados —señaló asimismo el Santo Padre—. En Él, revigorizados por el Espíritu Santo, recibimos la fuerza para vencer el mal y realizar el bien. De hecho, la vida cristiana es una conformación continua a Cristo, imagen del hombre nuevo, para llegar a la plena comunión con Dios. El Señor Jesús es ‘la luz del mundo’ porque en Él ‘resplandece el conocimiento de la gloria de Dios que sigue revelando en la compleja trama de la historia cuál es el sentido de la existencia humana”.
“Cuando nuestra vida se deja iluminar por el misterio de Cristo —concluyó el Papa Benedicto XVI—, experimenta la alegría de ser liberada de todo aquello que amenaza su realización plena. En estos días que nos preparan a la Pascua reavivemos en nosotros el don recibido en el Bautismo, esa llama que a veces corre el riesgo de ser sofocada. Alimentémosla con la oración y la caridad hacia el prójimo”.
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