“El tema de la fe es un asunto entre Dios y cada uno de nosotros porque Él no actúa desde afuera, sino que se ofrece y uno tiene que responder ese llamado. Ese encuentro genera la fe”, señaló el Cardenal Juan Luis Cipriani en el programa Diálogo de fe del sábado 27 de octubre.
Mencionó que existen diferentes expresiones de una misma fe que todo hombre y mujer quiere saciar con paz, serenidad y esperanza, pero que en muchas ocasiones existen problemas que cuestionan esa fe.
“El problema del hombre de hoy es que es muy autosuficiente primero, se ha acostumbrado a que todo lo hace él solo y en el caso de la fe se da cuenta que no funciona. En segundo lugar se ha acostumbrado a una relación muy ligera. Un tercer elemento es que hay una proliferación del materialismo (...) La fe encuentra una resistencia en que el recipiente, que es la persona, hoy está distraído por muchas cosas”, refirió.
Destacó también la importancia de recibir a Cristo en nuestra familia, que es el primer encuentro del cariño humano y del amor de Dios.
“La familia es la célula fundamental de la sociedad, así lo ha querido Dios. Por eso, una de las grandes urgencias en todas las legislaciones y costumbres del mundo moderno es recuperar el rol central y protagónico de cualquier programa de desarrollo, de pacificación, de mejorar la educación, de seguridad ciudadana, cualquier programa tiene que tener en el centro la protección y promoción de la familia, ahí encontraremos lo humano y lo divino”, manifestó.
Recordó que en esta nueva evangelización la Iglesia tiene el desafío de no solo estar presente en la parroquia y en el sacerdote sino que los laicos, desde su posición, tienen esa semilla dentro de sí, que es un llamado a buscar la santidad y a encontrar a Cristo en las mil circunstancias de la vida.
“Pienso que lo primero es que los obispos, los sacerdotes, los religiosos, tenemos que dar un testimonio más creíble, yo no puedo invitar a la gente que se entregue a los demás si no ven mi entrega; entonces una primera conversión, un mayor esfuerzo, santidad personal, ejemplaridad de quienes somos los principales elementos”, exhortó.
“De ahí pasamos a las familias y los laicos, tiene que haber un renacer, dar muestras públicas. No hay que tener temor de dar fe con nuestras palabras y nuestros actos. El declive de la fe católica es el habernos acomodado a los tiempos y tener miedo que nos distingan como católicos”, continuó.
Finalmente, comentó que la procesión de la imagen del Señor de los Milagros es el encuentro de Jesús que pasa por las calles cautivando el corazón de miles de personas que creen en Él.
“Ese encuentro con el Señor de los Milagros hace que haya unas conversiones muy bonitas. Debemos tener ese sentido de la pertenencia, de no cambiar de camiseta, eres católico en las buenas y en las malas, si estás en el suelo te levantas, si te has portado mal debes tener la humildad de pedir perdón y volver a empezar. Si esto lo hacemos encontraremos a ese Dios amor, perdón y misericordia. Nuestro Dios es muy grande, pero no actúa afuera, actúa en el corazón”, concluyó.
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