(Audio) Al final de esta Celebración, dirijo un saludo especial a los 250 delegados -obispos, sacerdotes, religiosos y laicos - que participaron al encuentro sobre las Jornadas Mundiales de la Juventud, organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos. Comienza así el camino de preparación para el próximo encuentro mundial, que se celebrará en julio de 2016, en Cracovia y cuyo tema será: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia" (Mt 5, 7).
Dentro de poco los jóvenes brasileños entregarán a los jóvenes polacos la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud. La asignación de la cruz a los jóvenes fue realizada hace treinta años por el beato Juan Pablo II: él les pidió que la llevaran en todo el mundo como signo del amor de Cristo por la humanidad.
El próximo 27 de abril todos tendremos la alegría de celebrar la canonización de este Papa, junto con Juan XXIII. Juan Pablo II, que fue el iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud, se convertirá en su gran patrono; en la comunión de los santos seguirá siendo para los jóvenes del mundo, un padre y un amigo.
Pidamos al Señor que la Cruz, con el icono de María, Salus Populi Romani, sea signo de esperanza para todos revelando al mundo el amor invencible de Cristo
Tras el pasaje de la Cruz, el Papa dirigió sus saludos diciendo:
¡Saludo a todos los romanos y peregrinos! Saludo de modo particular a las delegaciones de Río de Janeiro y de Cracovia, guiadas por sus Arzobispos, los Cardenales Orani João Tempesta y Stanisław Dziwisz.
En este contexto tengo la alegría de anunciar que, con la ayuda de Dios, el próximo 15 de agosto en Daejeon, en la República de Corea, me encontraré con los jóvenes de Asia en su gran reunión continental.
Y ahora dirijámonos a la Virgen Madre, para que nos ayude a seguir siempre con fe el ejemplo de Jesús.
(Traducción de Eduardo Rubió y María Fernanda Bernasconi – RV).
Fuente: radiovaticana.org
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