Por Federico Salazar
Periodista
La universidad hasta ahora llamada Pontificia Universidad Católica del Perú ha sido degradada por la Santa Sede. ¿Tiene derecho el Vaticano a quitarle los títulos de pontificia y católica?
¿No se trata, acaso, de una universidad peruana regida por leyes peruanas según el derecho peruano? ¿Qué tiene que
ver el papa Benedicto XVI con la degradada universidad?
ver el papa Benedicto XVI con la degradada universidad?
Sobre el término “pontificio”, es difícil disputar con el Papa. “Pontificio” es relativo o perteneciente al Papa. Pero, ¿podría tratarse como una marca registrada en el Perú?
Si desde el inicio la PUCP hubiera registrado como marca el término “pontificio”, habría posibilidad de discutirlo. Pero no es así. Esta universidad adquiere la denominación por Pío XII en 1942 (Bula del Santo Padre Pío XII, Prot. 1040/42).
Si el Papa dio la denominación, el Papa la quita. Eso es lo que ha hecho Benedicto XVI, a través del cardenal Tarcisio Bertone (Decreto, Secretaría de Estado, N.3168/12/RS).
La universidad se quedará, pues, sin la denominación de “pontificia”. Lo mismo sucede con el término “católica”. En el caso de este centro de estudios, no se trata de un adjetivo común basado en las creencias de algunos particulares.
La universidad se fundó en 1917 con todas las formalidades exigidas por la Santa Sede. Se fundó para reforzar la fe católica, y de acuerdo con la legislación canónica vigente entonces. El padre Jorge Dintilhac, a través de la Congregación de los Sagrados Corazones, funda la universidad con la aprobación del arzobispo de Lima.
Uno puede pensar que una universidad, como centro de saber, no debería constreñirse a las exigencias de tareas evangelizadoras de una u otra iglesia. No fue eso, sin embargo, lo que pensaron e hicieron los fundadores de la PUCP.
Jorge Dintilhac creyó que fundar una Universidad Católica era “el único remedio” al problema de la educación. Los alumnos de muchos colegios religiosos salen de las aulas y se declaran ateos o indiferentes en materia religiosa, comentaba (J. Dintilhac, “Cómo nació y se desarrollo la Universidad Católica”, 1947, p. 7).
El Derecho Canónico de la época señalaba claramente que “solamente la Iglesia tiene derecho a formar centros de enseñanza católica”. Dintilhac y los fundadores estaban muy de acuerdo con ello.
En 1937 se inscribe la universidad en Registros Públicos. En su carta orgánica se dice expresamente que su objeto es “la enseñanza superior de las ciencias y las letras siguiendo el criterio católico”. No el criterio de cualquiera, sino el de la Iglesia.
Actualmente el canon 808 no deja dudas: “Ninguna universidad, aunque sea de hecho católica, use el título o nombre de “universidad católica” sin el consentimiento de la competente autoridad eclesiástica”. Se entiende que el Papa es “competente autoridad eclesiástica”.
A la hasta ahora Pontificia Universidad Católica del Perú no le queda otro camino que ponerse otro nombre. Si quiere convertirse en una universidad laica, no dependiente de la Iglesia Católica, debe abandonar los títulos papales.
No le queda otro camino.
RECONOCIMIENTO
Acuerdo entre el Estado Peruano y el Vaticano- En sus orígenes la PUCP tuvo alguna oposición. Por eso se busco la formalidad de una aprobación eclesiástica y, a través de ella, un reconocimiento del Estado Peruano, el cual tiene un acuerdo con el Estado Vaticano sobre las universidades católicas.
LA FIRMA DEL ARZOBISPO
Aprobación eclesiástica en 1917- El padre Dintilhac pidió ayuda al arzobispo. El “Excelentísimo y Reverendísimo Señor Arzobispo, Pedro García Naranjo, dio igualmente su aprobación y…autorizó con su firma los Estatutos provisionales…” (Dintilhac, citado en Dammert, “Los primeros años de la PUCP”).
Publicado en el diario El Comercio
Sábado, 04 de agosto de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario