Hablar del misterio de la Santísima Trinidad
es situarse en el núcleo mismo de la novedad cristiana. El seguimiento de
Cristo y su reconocimiento como "Señor" condujo a plantear el tema de
su relación con el Padre.
Jesús se caracterizó, por la plena posesión del
Espíritu, el cual comunicó a sus seguidores y les permitió el cumplimiento de
su misión.
La fórmula bautismal "En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", habla de la importancia que
los cristianos, desde un principio, reconocían a este misterio.
No era una propuesta fácil de asimilar para los
rígidos esquemas monoteístas judíos, ni para la filosofía griega predominante
en esos tiempos. Para los cristianos era un asunto vital, dado que la vida
cristiana se definía en referencia al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Los primeros padres (autores
de los primeros escritos cristianos, y pastores de la Iglesia de los primeros
siglos, cuyas enseñanzas, en sentido colectivo, son consideradas por la Iglesia como el fundamento
de la doctrina ortodoxa cristiana) no contaban con el término "Trinidad", ni con el de
"persona“; expresaron su fe con una terminología vacilante (san Ignacio de
Antioquia, san Justino).
San Ireneo (Padre apologista) habla del Logos como ser engendrado
y coexistente con Dios. Dios tiene su Logos y su Espíritu, a quienes llama sus
"manos", en relación a la creación.
En los siglos II y III se difunde la herejía
monarquiana, que negaba una existencia propia a las personas divinas. No
aceptaba pluralidad en el seno de la divinidad. Esta herejía presentó dos
variantes, el adopcionismo y el modalismo.
Pablo de Samosata, máximo exponente del adopcionismo,
daba el nombre de Padre a Dios, Hijo al hombre Jesús y Espíritu Santo a la
gracia dada a los apóstoles.
El modalismo afirmaba que el único Dios
se manifestaba en modos diversos, así Cristo es el mismo que el Padre.
Principal exponente fue Noeto, condenado por los presbíteros de su ciudad.
Tertuliano (escritor eclesiástico apologista del siglo
II) fue el primero en utilizar la
palabra "Trinidad" para las tres personas divinas; pero
introducía, como muchos pre-nicenos, una cierta subordinación entre dichas
personas divinas.
Orígenes (escritor eclesiástico apologista, 185-253) pone
en el vértice de su explicación a Dios Padre, no engendrado, quien, por su
bondad perfecta, crea, a través del Verbo, un mundo de seres espirituales. El
Verbo es engendrado por el Padre y es coeterno con Él. El Espíritu Santo
viene a través del Verbo, y ambos conocen al Padre y participan de las
prerrogativas divinas por las que se reconoce su divinidad.
El Concilio de Nicea (325), dió
respuesta a la problemática causada por el presbítero Arrio, quien sostenía que
el Hijo no era coeterno con el Padre, pues había sido engendrado y, por lo
tanto creado.
Aceptaba que Cristo se llamara "Hijo de
Dios", pero por adopción, no por naturaleza. El Concilio hizo ver, que el
Hijo es "engendrado, no creado, consustancial con el Padre".
En el Concilio
de Constantinopla
(381) se hizo explícita la profesión de fe en la divinidad del Espíritu
Santo, en contra de lo que propagaban los "macedonianos", que
negaban su carácter divino.
Mario Victorino (280-362) filósofo neoplatónico, convertido
al cristianismo, elaboró una teología trinitaria que afirma que el Padre y el
Hijo son "ídem", no "ipse", la unidad no excluye la
alteridad. Analiza la relación Hijo-Espíritu Santo.
El Misterio Trinitario - San Agustín (Padre
latino, siglos III y IV, Doctor de la Iglesia )
La
historia de San Agustín con el niño es por muchos conocida. La misma surge del mucho tiempo que
dedicó este gran santo y teólogo a reflexionar sobre el misterio de la Santísima Trinidad ,
de cómo tres personas diferentes podían constituir un único Dios. Cuenta la
historia que mientras Agustín paseaba un día por la playa, pensando en el
misterio de la Trinidad ,
se encontró a un niño que había hecho un hoyo en la arena y con una concha
llenaba el agujero con agua de mar. El niño corría hasta la orilla, llenaba la
concha con agua de mar y depositaba el agua en el hoyo que había hecho en la
arena. Viendo esto, San Agustín se detuvo y preguntó al niño por qué lo hacía,
a lo que el pequeño le dijo que intentaba vaciar toda el agua del mar en el
agujero en la arena. Al escucharlo, San Agustín le dijo al niño que eso era
imposible, a lo que el niño respondió que si aquello era imposible hacer, más
imposible aún era el tratar de descifrar el misterio de la Santísima Trinidad.
El Padre es Padre porque engendra, el Hijo
porque es engendrado, y el Espíritu Santo porque es donado. No es lo mismo ser
Padre que Hijo, pero la sustancia es la misma; los nombres pertenecen al orden
de la relación, no al de la sustancia.
Lo original en su teología trinitaria es
la explicación "psicológica" de la Trinidad , que consiste en
afirmar que en el alma humana se halla una "trinidad", porque el alma
es, conoce y quiere. Análogamente el Padre, en la eternidad, se conoce a sí
mismo y la imagen de sí mismo que concibe es el Hijo, ama su imagen, que por
ser persona lo ama también a su vez, y por ser este amor también persona, es el
Espíritu Santo.
San Agustín pone en primer plano la unidad de la Trinidad , que
trasciende cualquier representación humana, y hace notar que cualquier intento
por explicarla implica algo de simbólico. La sustancia divina no es una cuarta
persona; cada una es idéntica a las otras tres en la sustancia y que lo que
pertenece a la naturaleza divina se expresa en singular. Cada persona posee la
naturaleza divina en una forma particular y por eso es correcto atribuirle a cada
una en su acción "ad extra" el papel que le es propio según su
origen.
Cristología
Los primeros cristianos se distinguieron por su
fe en Jesús muerto y resucitado, reconocido como Hijo de Dios y Señor. El
impulso misionero de la
Iglesia se comprende según esta convicción de fe.
Surgieron propuestas distintas, que mermaban la
verdad cristiana por suprimir algún aspecto del misterio de la persona de
Jesús. Aceptaban su condición humana pero no reconocían la divina, otros
aceptaban su divinidad pero desfiguraban su humanidad.
Ante ellos los padres de la Iglesia propusieron su
doctrina y procuraron dar razón de su fe para salvaguardar la transmisión
íntegra del misterio anunciado por los apóstoles.
Concilios ecuménicos que tienen relación con la Trinidad
Nicea I
325 - Silvestre I
Confesión de fe contra Arrio (igualdad esencial
del Padre y del Hijo, 20 cánones).
Constantinopla I 381 - Dámaso I
Confesión de fe (credo nicenoconstantinopolitano)
reconociendo de divinidad del Espíritu Santo, 4 cánones.
Efeso 431 - Celestino I
Maternidad divina de Maria (Contra Nestorio, 6
cánones).
Calcedonia
451 - León I
En Cristo hay dos
naturalezas en una persona, 28 cánones.
Discusiones
sobre el problema trinitario
En la segunda mitad del siglo II, se
manifestaron en Oriente y Occidente puntos de vista opuestos acerca de la imagen de Dios. La interpretación
subordinacionista imperaba en la iglesia. Era la forma consecuente al
monoteísmo bíblico-judío de los cristianos.
No existía una unificación respecto a la
doctrina de la iglesia. Trataban de entender los conceptos que les habían sido revelados: que
Jesús era plenamente hombre y divino; que el Espíritu Santo viene departe de
Dios y es Dios.
Muchos creían, pero no sabían como reconciliar
estas nuevas convicciones.
Resultados del Concilio Nicea
- El arrianismo fue condenado.
- La Homoousia (Consubstancial) causa conflictos.
- La doctrina del Espíritu Santo todavía
no es definida.
Concilio de Constantinopla
Los primeros padres de la iglesia no tenían una
concepción clara acerca de la trinidad.
El Espíritu Santo no ocupo un lugar importante
en sus discusiones. Hablaban de él en conexión con la obra de redención
aplicada a los corazones y vida de los creyentes. Consideraban que estaba
subordinado al Padre y al Hijo.
Se desarrollo la confesión de fe "niceno-
constantinopolitana”:
"Creemos.....en
el Espíritu Santo, Señor y vivificante,
que
procede del Padre, que juntamente con el Padre y el Hijo es adorado y
glorificado, que hablo por los profetas"
Resultado del Concilio de Constantinopla
- Se ratifica la excomunión del arrianismo.
- El Espíritu Santo es afirmado como una
persona de la deidad.
- Sin embargo, los debates proseguirán hasta el
cuarto Concilio de Calcedonia (451).
Concilio de Calcedonia
Celebrado en Calcedonia junto a Constantinopla,
el año 450; se considera el cuarto Concilio Ecuménico. Asistieron más de
quinientos obispos, predominantemente de las Iglesias del Oriente.
"Siguiendo,
pues, a los Santos Padres,
todos
a una voz enseñamos
que
ha de confesarse a un solo y el mismo hijo,
nuestro Señor Jesucristo, el mismo
perfecto en la divinidad y el mismo perfecto
en la humanidad,
Dios verdaderamente, y el mismo
verdaderamente hombre.....consubstancial (homousios) con el Padre en cuanto a
la divinidad,............”
Resultado del Concilio Calcedonia
- Se ratifico la doble naturaleza de Cristo:
divina y humana.
- Se pretende lograr la paz frente a estas
discusiones teológicas.
- Se condena nuevas herejías que atacan
la divinidad de Cristo.
Si bien la palabra trinidad no aparece en la Biblia , está llena de
conceptos de trinidad y presenta en todas partes al Dios Trino.
Fue usada por escrito por primera vez en el año
180 d.C. por el apologista Teofilo de Antioquia. La doctrina esta sustentada
por la evidencia bíblica.
La trinidad como doctrina alcanza su mayor
desarrollo en los tiempos del Nuevo testamento.
Textos Bíblicos
La enseñanza bíblica acerca de la trinidad es,
en más de un sentido un misterio. Algunos creyentes prefieren adoptar la
doctrina unitaria, rechazando la divinidad de Cristo y negando el carácter
personal del Espíritu Santo.
La confesión cristiana histórica, fundamentada
en el testimonio de las Sagradas Escrituras, es que Dios es uno en tres y
tres en uno.
La trinidad es una enseñanza que caracteriza y
distingue la fe cristiana. Es una doctrina de importancia vital porque tiene que ver con quien es
Dios y como actúa en el universo. Ha sido considerado por muchos
como "el dogma central de la teología cristiana".
La doctrina de la trinidad alcanza su mayor
desarrollo en el Nuevo Testamento. Las Sagradas Escrituras señalan que existe
una unidad indivisible entre la deidad.
La doctrina de la trinidad se encuentra en la Escritura en estado disuelto,
pero no por eso cesa de ser Escritura.
Mencionemos algunos elementos esenciales
que tienen que ver con la doctrina de la trinidad:
•
Existe
un solo Dios
•
Existen
tres personas en la deidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo
•
La
deidad conforma un solo Dios
•
Es
eterna
•
La
trinidad es incomprensible
No están subordinados el uno del otro cuando actúan.
Argumentos lógicos
Una de las preguntas que muchas veces
cuestionan a la trinidad es ¿Qué hay en la naturaleza de la deidad trina, que
hace que las personas aludidas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sean
una?
La primera respuesta, es admitir que estamos
lidiando con un profundo misterio.
Proponemos pensar en la trinidad como una sociedad de personas que, con todo,
conforman una sola constitución. El amor es el
elemento de unión en la Deidad ,
y une a cada persona a la otra.
La unidad trinitaria de Dios, no es ilógica,
sino la fuente de la única lógica que provee algún sentido conclusivo: un amor
que es abnegado, mutuamente sumiso y eternamente material, fluyendo de las
benevolencias del poder creador y redentor.
Conclusión
Cuando queremos hallar la verdad debemos
dejarnos guiar por Dios, no buscar salidas humanas a la revelación progresiva,
ya que podemos caer en el peligro del dogmatismo.
Podríamos finalizar diciendo:
“La doctrina de la trinidad no se
revela por ciencia, ni por
filosofía, ni por ninguna analogía en la naturaleza; todo lo que se sabe de
esta doctrina es pura revelación directa de Dios”.
"Escudriñad las Escrituras por
que en ella os parece que tenéis la vida eterna" Juan 5:39.
No hay comentarios:
Publicar un comentario