Mons. Lucas Dónnelly es uno de los dos obispos argentinos ordenados por Juan Pablo II, y recordó que el día de la ceremonia el futuro beato lo instó a él y a los otros once ordenandos a ser "confesores de la Fe, testigos de la Fe, maestros de la Fe".
"Él podía decirlo, tenía toda la autoridad. Juan Pablo II era un maestro de la Fe", afirmó Mons. Dónnelly al referirse a la ceremonia realizada en la Basílica de San Pedro el 6 de enero de 1981. Dijo que en ese primer encuentro personal le impresionó del Papa "su sencillez y a la vez su grandeza".
Ahora el Prelado tiene 90 años, es Obispo Emérito de Deán Funes (Argentina) y vive en la Mariápolis Lía, ciudadela del Movimiento de los Focolares en O’Higgins, provincia de Buenos Aires.
Mons. Dónnelly recordó que en seis ocasiones almorzó con el Papa y que en cada oportunidad sentía que con su "sencillez y grandeza generaba confianza".
Así, mencionó el encuentro que mantuvo junto con otros obispos y Chiara Lubich, fundadora del movimiento de los Focolares. Los prelados querían saber si podían integrarse a esta nueva realidad eclesial. "Ustedes son los legisladores. Decídanlo ustedes", expresó Juan Pablo II, que durante su pontificado "brindó un respaldo sin igual" a todos los movimientos.
Ahora Mons. Dónnelly pertenece a los "Obispos amigos del Movimiento de los Focolares" y que se distingue por su "compromiso exclusivamente espiritual que no interfiere en ningún modo con sus deberes de obispo", sino que por el contrario les ayuda a cumplirlos "en espíritu de comunión y de unidad".
El otro obispo argentino ordenado por Juan Pablo II es Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, hoy Canciller de las Academias Pontificias de Ciencias y de Ciencias Sociales y que también vivirá este domingo con emoción y gratitud a Dios la ceremonia de beatificación.
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