Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades japonesas.
El arma nuclear Little Boy fue lanzada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki.
Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían asesinado a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, de los cuales la mitad fallecieron los mismos días de los bombardeos
Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o
enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. En ambas
ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles. Hirosima y
Nagasaki eran dos ciudades muy secundarias desde el punto de vista militar por lo que no había justificación "técnica".
Sin embargo eran las dos ciudadas de mayor tradición católica en Japón, desde el siglo XVI.

Urakami Tenshudo (Iglesia Católica en Nagasaki. Enero de 1946. Urakami
fue el epicentro del bombardeo en Nagasaki y su catedral, destruida una
de las iglesias más grandes de Asia.
Entre las víctimas de la bomba atómica de Nagasaki desaparecieron en
un día dos tercios de la pequeña pero vivaz comunidad católica japonesa.
Una comunidad casi desaparecida dos veces en tres siglos [**] .
Harry Truman, miembro del partido demócrata, firma la carta de las
Naciones Unidas, que en su configuración y desarrollo real, es el primer
jalón en la constitución de un Gobierno Mundial [***] .
Pero, ¿por qué un individuo que viola la convención de La Haya, que
prohíbe expresamente el bombardeo de ciudades con civiles, aunque haya
objetivos militares incluidos en su perímetro(acápite 23), y provoca tal
holocausto de inocentes, no está demonizado, como Hitler?
Parece que en este caso tambié se cumple el adagio de Maquiavelo:
“Aquellos que triunfan nunca resultarán avergonzados por el modo como hayan triunfado”
[Historia Florentina (III)]
Quizá esta foto [****]
sea la explicación más plausible de por qué Truman, y el sistema que
representa, no sean considerados por la opinión pública genocidas
Masonic portrait of Harry S. Truman by Greta Kempton. January 20, 1949 en la Harry S. Truman Library and Museum
-------------
[*] D.R.A.E. .- holocausto. ( Del lat. holocaustum, y este del gr. ὁλόκαυστος ).
1. m. Gran matanza de seres humanos.
[**] El cardenal Biffi en su libro de memorias se hace una pregunta inquietante:
“Podemos bien suponer que las
bombas atómicas no hayan sido tiradas al azar. La pregunta es por lo
tanto inevitable: cómo así se escogió para la segunda hecatombe, entre
todas, precisamente la ciudad de Japón donde el catolicismo, aparte de
tener la historia más gloriosa, estaba más difundido y afirmado?"
Giacomo Biffi, "Memorie e digressioni di un italiano cardinale
[Memorias y digresiones de un italiano cardenal]",
Cantagalli, Siena, 2007, pp. 640
[*** ] Muy interesantes las observaciones preventivas sobre el NOM de Benedicto XVI en su encíclica "Caritas in veritate"
[****]
Truman se inicia en la masonería en 1909 en la Logia Belton No. 450,
en Missouri. En mayo de 1959, el ex presidente Truman fue condecorado
con un premio de 50 años, el único presidente de los Estados Unidos en
alcanzar ese aniversario dorado en la masonería.
---------------------
Otro criminal de guerra, genocida y asesino de civiles inocentes, por
bombardeos de saturación, es el marical británico Arthur Harris ("Bomber
Harris") que actúo siguiendo las órdenes de la potencia liberal
británica por lo que ésta le reconoció ennobleciéndole (Baronet - 1
Enero 1953. Conferido 13 Feb 1953).


Harris evaluando los resultados de su bombardeos

Dresde tras los bombardeos ordenados por Harris
------------------

Las
bombas de Hiroshima y Nagasaki acabaron con la vida de más de 250.000
personas y dejaron un legado de horror que aún perdura en nuestros
días. En los siguientes años, la destrucción de ambas ciudades quedó
asociada con las imágenes de edificios arrasados y llanuras llenas de
escombros. Pero, ¿dónde estaban las víctimas? A principios de 1946, las
autoridades estadounidenses habían ordenado la destrucción de
centenares de fotografías y prohibido la difusión de cualquier
testimonio de la masacre. Se prohibió a la población japonesa cualquier
comentario sobre los bombardeos o las informaciones que pudieran
“alterar la tranquilidad pública”.

Con
los años, salieron a la luz algunos de los documentos clasificados
como “alto secreto”, pero Hiroshima y Nagasaki siguieron quedando como
un terrible dato en la enciclopedia; a diferencia de lo que sucediera
con otras infaustas masacres - las pilas de cadáveres de Mauthausen o
los gaseados en el Kurdistán -, en Hiroshima y Nagasaki no quedó imagen
ni conciencia del horror, solo unos centenares de miles de víctimas
sin nombre, convertidas en una cifra escalofriante a la que nadie ponía
cara.
Lo que vais a ver es un testimonio de la más horrible destrucción
causada por el ser humano, una recopilación de fotografías que se han
publicado otras veces, pero raramente juntas. Aquellos que no estén
preparados, o solo sientan el impulso del morbo, por favor, que se
queden en la puerta. Los demás, pasad con respeto; el único objeto de
esta entrada es evitar que la ignominia caiga en el olvido.
(Seguir leyendo)
1. Señales
Uno
de los muchos relojes encontrados en los alrededores de Hiroshima;
todos permanecen parados a la misma fatídica hora, las 8,15 h., la hora
exacta de la explosión.
En
muchas superficies el calor y la fuerza salvaje de la explosión
dejaron una impronta sobre paredes y suelos. En algunos casos, como
este puente situado a un kilómetro del centro de la explosión, se ve
claramente la denominada “sombra nuclear” que dejó la deflagración
detrás de los pilotes.
En
otros lugares, como en esta pared, la explosión imprimió las siluetas
de algunas personas, cuyos cuerpos fueron pulverizados de forma
instantánea.
La imagen de abajo, situada a unos 250 metros del centro de la
explosión, muestra la sombra de una persona que estaba sentada en las
escaleras de un banco, probablemente esperando a que abriera. Las
temperaturas de hasta 2.000º C lo incineraron sobre el escalón.

2. El horror
El
6 de agosto de 1945, a las 8:15 de la mañana, la bomba lanzada por el
Enola Gay estalló a una altura de 580 metros sobre el centro de
Hiroshima y mató a unas 70.000 personas al instante. La onda expansiva, a
unos 6.000 grados de temperatura, no dejó un edificio en pie y
carbonizó los árboles a 120 kilómetros de distancia.
Varios
minutos después, el hongo atómico se elevó a unos 13 kilómetros de
altura y expandió una lluvia radiactiva que condenó a muerte a las miles
de personas que habían escapado del calor y las radiaciones. Dos horas
después habían muerto unas 120.000 personas, 70.000 habían resultado
gravemente heridas y el 80% de la ciudad había desaparecido.
Según
Wikipedia, el área inmediatamente afectada fue de 5 kilómetros
cuadrados densamente poblados. Hubo miles de casos de incineración
súbita, carbonizaciones parciales y quemaduras de personas expuestas
hacia el hipocentro del estallido, a más de 10 km de la zona cero.

Pero
el horror no había terminado. Días después de que la bomba atómica
destruyera la ciudad, los médicos comprobaron asombrados que la gente
seguía muriendo en forma enigmática
y aterradora, de síntomas desconocidos; "al principio los médicos y
cirujanos trataban las quemaduras como cualquier otra, pero los
pacientes se licuaban por dentro y morían. Ningún médico había visto
nada igual".
"Sin
alguna razón aparente, su salud comienza a deteriorarse -escribía
Wilfred Burchett en su reportaje-,... Los médicos japoneses les inyectan
vitaminas, pero la carne de los enfermos se pudre al contacto con la
aguja. Hay algo que acaba con los glóbulos blancos, pero no sabemos qué
es".


Esta
imagen muestra el ojo de una víctima de ‘cataratas por radiación’.
Muchos de los afectados estaban en un radio de dos kilómetros. La
mayoría de los casos aparecieron años después.




3. Los Hibakusha
Hibakusha
("persona bombardeada") fue el término con que los japoneses
designaron a los supervivientes. Oficialmente hubo más de 360.000
hibakusha de los cuales la mayoría, antes o después, sufrieron
desfiguraciones físicas y otras enfermedades tales como cáncer y
deterioro genético.
Paradójicamente,
muchos de los hibakusha fueron víctimas dobles: de los norteamericanos
y de sus propios compatriotas, que le discriminaron durante años
debido a que “la radiación se creía contagiosa”.
´La
gente normal no nos dejaba acercarnos´, explicaba uno de los hibakusha
años después. "Algunas víctimas de las bombas ocultaron los ocurrido y
pudieron encontrar trabajo, pero, en cuanto se les declaraba alguna de
las mil y una dolencias derivadas de la radiación, eran
fulminantemente despedidas".

4. Yamahata, el fotógrafo de Nagasaki
El día 10 de Agosto de 1945, menos de 24 horas después del estallido de la segunda bomba, Yosuke Yamahata,
fotógrafo del Ejército japonés, llegó a la ciudad de Nagasaki con el
encargo de documentar los efectos del "nuevo tipo de arma". Yamahata
caminó durante horas entre los escombros del escenario más dantesco que
jamás hubiera imaginado. Sus fotografías son una de las pruebas más
desgarradoras de la monstruosidad humana:
“Un
viento caliente comenzó a soplar – explicó años después – En todos
lados se veían pequeños incendios, como antorchas apagándose: Nagasaki
había sido totalmente destruida… prácticamente tropezábamos con cuerpos
humanos y de animales que yacían a nuestro paso…"
"Era
en verdad el infierno en la tierra. Aquellos que apenas pudieron
sobrevivir la intensa radiación -con los ojos quemados y la piel
calcinada y ulcerada- deambulaban apoyándose en palos para poder
sostenerse esperando ayuda. Ni una sola nube amortiguaba los rayos del
sol de ese día de agosto, brillando inmisericorde en ese segundo día
después del estallido”.





Veinte
años después, el 6 de agosto de 1965, cuando se recordaba el vigésimo
aniversario del bombardeo a Hiroshima, Yamahata enfermó súbitamente. A
los 48 años de edad, le fue diagnosticado cáncer terminal de duodeno,
probablemente debido a efectos radiactivos residuales recibidos en
Nagasaki en 1945. Murió el 18 de abril de 1966 y fue enterrado en el
cementerio de Tama en Tokio.
Más información en el Congreso de Japón.
Más información y fuentes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 / English version.
No hay comentarios:
Publicar un comentario