
La función de la Comisión es ayudar a la Santa Sede y especialmente a la Congregación para la Doctrina de la Fe a examinar cuestiones doctrinales de mayor importancia. El Presidente de la Comisión es el Card. William Joseph Levada, el Secretario General es el P. Charles Morerod, O.P.
La Comisión que cuenta con 32 miembros se compone de teólogos de diversas escuelas y naciones, eminentes por ciencia y fidelidad al Magisterio de la Iglesia y son nombrados por el Santo Padre por cinco años, pero son propuestos por el Cardenal Prefecto de la Congregación y tras consulta con las Conferencias Episcopales.
La Comisión se reúne «en asamblea plenaria» al menos una vez al año, pero puede desarrollar su actividad también por medio de subcomisiones. Los resultados de los estudios son presentados al Santo Padre y entregados para su oportuna utilización a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Benedicto XVI destacó en su discurso que los trabajos de esta Sesión han coincidido con la primera semana de Adviento, ocasión que hace recordar que cada teólogo está llamado a ser el hombre del adviento, testigo de la esperada vigilia que ilumina los caminos de la inteligencia de la Palabra que se ha hecho carne, y añadió que podemos decir que el conocimiento del verdadero Dios tiende y se nutre constantemente de aquella “hora”, que nos es desconocida y en la que el Señor volverá. Tener alerta la vigilancia y vivificar la esperanza de la espera –dijo- no es una tarea secundaria.
Además enfatizó que le es particularmente grato reflexionar nuevamente con todos ellos sobre tres temas que la Comisión Teológica Internacional ha estado estudiando en los último años, el primero que se refiere a la cuestión fundamental para cada reflexión teológica, la cuestión de Dios y en particular la comprensión del monoteísmo. Sobre este primer tema de estudio explicó que a partir de este amplio horizonte doctrinal es que se ha podido profundizar un tema de carácter eclesial sobre el significado de la Doctrina Social de la Iglesia, reservando además una atención particular a una temática que hoy es de gran actualidad para el pensar teológico de Dios.
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Acto seguido el Santo Padre recordó que si bien los conflictos étnicos y religiosos en el mundo hacen más difícil acoger la singularidad del pensar cristiano de Dios y del humanismo que de éste es inspirado; los hombres pueden reconocer en el Nombre de Jesucristo la verdad de Dios Padre hacia la cual el Espíritu Santo dirige cada gemido de la creatura. Puntualizó que la teología, en fecundo diálogo con la filosofía, puede ayudar a los creyentes a tomar conciencia y dar testimonio de que el monoteísmo trinitario es la verdadera fuente de la paz personal y universal.
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El sucesor de Pedro añadió que debemos vivir siempre y nuevamente la experiencia de los primeros discípulos que perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión, al compartir el pan y en las oraciones, recordando que desde esta perspectiva la Comisión Teológica Internacional ha estudiado los principios y los criterios según los cuales una teología puede ser católica, pero también reflexionado sobre la contribución actual de la teología.
Es importante recordar que la teología católica, cuidadosa del lazo que une fe y razón, ha tenido un papel histórico en el nacimiento de la Universidad. Y enfatizó que este papel es hoy más que nunca necesario para hacer posible una sinfonía de las ciencias y para evitar las derivas violentas de una religiosidad que se opone a la razón y de una razón que se opone a la religión.
Otro punto analizado por el Papa en su discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional fue el de los estudios que realizan entre Doctrina social de la Iglesia y el conjunto de la Doctrina cristiana. Al respecto subrayó que el compromiso social de la Iglesia no es solo humano, ni se resuelve en una teoría social. Explicó que la transformación de la sociedad actuada por los cristianos a través de los siglos es una respuesta a la venida al mundo del Hijo de Dios: el esplendor de esta Verdad y Caridad ilumina a cada cultura y sociedad, empezando por la familia:
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Hacia el final de su discurso a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, el Papa les aseguró que el encuentro celebrado eta mañana en el Vaticano confirma de modo significativo hasta qué punto la Iglesia tiene necesidad de la competente y fiel reflexión de los teólogos sobre el misterio del Dios de Jesucristo y de su Iglesia. Sin una sana y vigorosa reflexión teológica la Iglesia peligraría de no expresar plenamente la armonía entre la fe y la razón. Pero al mismo tiempo –añadió el Papa- sin el fiel vivir de la comunión con la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, como espacio vital de la propia existencia, la teología no lograría dar una adecuada razón del don de la fe.
(PLJR)
radiovaticana.org
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