“Nuestro ministerio
sacerdotal debe estar siempre acompañado por la alegría. Tenemos la misión de
ser apóstoles de la alegría como consecuencia de esa identificación con
Cristo”, exhortó el Cardenal Juan Luis Cipriani a los sacerdotes de la
Arquidiócesis de Lima, en la Misa Crismal que presidió en la Basílica Catedral
de Lima el Jueves Santo, 05 de abril.
Como se recuerda, en la Misa
Crismal los sacerdotes de la Arquidiócesis renuevan las promesas sacerdotales
emitidas en el día de su Ordenación. En tal sentido, el Arzobispo de Lima les
pidió descubrir el valor y el sentido profundo de su vocación.
“Es el momento de elevar un
canto de agradecimiento al Señor por su misericordia infinita. Él nos eligió, nos
regaló este don precioso, puso toda su infinita grandeza en nuestras pobres
manos para poder perdonar al hombre, para poder convertir el pan en su Cuerpo;
nunca acabaremos de entender del todo esa infinita bondad de Dios con
nosotros”, reflexionó.
Mencionó también la
importancia de celebrar la Santa Misa conforme a la Liturgia, para que los
fieles puedan ver y sentir la fe en Cristo y en la Iglesia.
“De manera muy especial les
pido un especial cuidado y reverencia al celebrar la Santa Misa, cuidando todos
los detalles señalados por la liturgia, pronunciando las palabras con pausa y
con devoción, recogiendo la mirada y el pensamiento en lo que estamos haciendo,
vistiendo los ornamentos con limpieza, teniendo un porte exterior que refleje
una presencia humilde y tantos otros detalles que el amor a la Santa Misa hará
brotar en cada uno de nosotros”, señaló.
“La Eucaristía es el centro de
nuestra vida, es el momento más importante de nuestra acción pastoral. Un
sacerdote que celebra devota y dignamente la Santa Misa convierte al mundo”,
añadió.
En otro momento, agradeció a
todos los sacerdotes por su colaboración para llevar adelante la Iglesia en
Lima.
“Les agradezco esas muestras
de afecto, esa ilusión por renovar nuestra Iglesia, esas vocaciones que vienen generosas,
esa vida sacerdotal y religiosa que busca esa alegría para sembrar la fe en los
corazones. Les agradezco el trabajo y la cercanía y también les pido: Vivamos
intensamente la fraternidad. Todo esto tiene que expresarse en la amistad, en
el cariño y en la unidad visible entre nosotros”, animó.
Finalmente, saludó a todos los
sacerdotes por este día tan especial en el cual renuevan las Promesas
Sacerdotales que hicieron el día de su Ordenación y pidió a los fieles que oren
por ellos.
“A todo este pueblo que nos
acompaña les pido que recen por sus sacerdotes, cuídenlos, ámenlos y también
acuérdense de este Obispo, Padre y Pastor que con tanto cariño pastorea con
amor y firmeza esta porción del pueblo de Dios que vive en esta queridísima
Arquidiócesis de Lima, tierra de santos, tierra de Santo Toribio de Mogrovejo”,
concluyó.
Promesas sacerdotales
Al término de la homilía, los
más de 200 sacerdotes concelebrantes renovaron sus promesas de fidelidad a
todos los compromisos sacerdotales que asumieron el día de su ordenación,
manifestando su unidad y cercanía con el Pastor.
Del mismo modo, durante la
Santa Misa, el Arzobispo de Lima consagró el Santo Crisma y bendijo los Santos
Óleos de los Enfermos y de los Catecúmenos.
Concelebraron con el Cardenal
Cipriani el Nuncio Apostólico, Monseñor James Patrick Green, los Obispos
Auxiliares de Lima, Monseñor Adriano Tomasi, OFM, Monseñor Raúl Chau y Monseñor
Guillermo Abanto; el Obispo de la Prelatura Juli, Monseñor José María Ortega; y
el Obispo Emérito de Huari, Monseñor Dante Frasnelli OSI; así como sacerdotes
de la Arquidiócesis de Lima.
Oficina de Comunicaciones y
Prensa
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