Beatísimo Padre,
Con la profunda alegría que nace de la comunión en la fe, la esperanza y el amor con Vuestra Santidad, venimos los obispos de Colombia a presentaros nuestro saludo de obediencia filial, a exponeros lo que está en nuestro corazón y a escuchar Vuestro Magisterio como Sucesor de Pedro y Pastor universal de la Iglesia.
Los orígenes y la historia de nuestra Patria han sido íntimamente plasmados por el Evangelio y por la presencia de la Iglesia como factor aglutinante de la nacionalidad. Hoy, sin embargo, la realidad nos muestra una Colombia pluralista, en la que la voz de la Iglesia parece ser una más entre las múltiples expresiones que nos golpean, especialmente a través de los medios de comunicación social.
En este contexto, la Iglesia en Colombia –siguiendo de cerca las directrices de la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, reunida en Aparecida- se esfuerza por hacer vibrar el mensaje redentor del Evangelio, con la fuerza misionera que le es propia, iluminando con la Luz de Jesucristo todos los ámbitos de la vida nacional.
Asumiendo los caminos de la nueva evangelización, trazados por Vuestra Santidad, y en la perspectiva del Año de la fe, queremos ser signo del amor de Jesucristo. Obispos, presbíteros, diáconos, consagrados y laicos nos esforzamos por escuchar y asimilar en la oración el Evangelio, tal y como es proclamado por la Iglesia Universal y, de modo particular, por el riquísimo Magisterio de Vuestra Santidad; nos alimentamos fervientemente con los sacramentos, especialmente con la Eucaristía, y fortalecemos permanentemente la vivencia comunitaria.
De esta manera, la Iglesia se esfuerza todos los días por mostrar al mundo la belleza y la riqueza insondables del Evangelio y manifestar a nuestra sociedad la presencia salvadora del Señor resucitado, con el empeño de que los principios evangélicos sean reconocidos y aceptados en lo íntimo de la conciencia de cada colombiano y en las leyes de la República y crear, así, un marco propicio que oriente la vida personal y comunitaria de los ciudadanos.
Padre Santo, venimos hoy en peregrinación ad limina Apostolorum para escucharos con profunda devoción y que Vuestra Palabra nos aliente en nuestro humilde servicio al Evangelio y nos abra perspectivas nuevas para poder seguir adelante en el cumplimiento de la tarea que el Señor nos ha encomendado.
Imploramos Vuestra Bendición Apostólica sobre todos los hijos de nuestra Patria. Todos anhelamos poder tener un día Vuestra presencia entre nosotros como prenda del amor y la misericordia de Dios en medio de nuestro continuo afán por la reconciliación, la justicia y la paz.
+ Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá
Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana
Fuente: radiovaticana.org
+ Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá
Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana
Fuente: radiovaticana.org
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