El domingo 5 de junio el Obispo Juan de Palafox y Mendoza (1600-1659), fue elevado a los altares en una solemne ceremonia en la Catedral del a Asunción de El Burgo de Osma en Soria (España) presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato.
Palafox fue "Obispo y pastor de almas, místico, escritor y mecenas, ministro y consejero real, gran formador, pero sobre todo fue un santo, cuyo celo pastoral consistía esencialmente en extirpar el mal y plantar lo que es santo y bueno", indicó durante la celebración la autoridad vaticana.
Unas tres mil 500 personas asistieron al acto, en el que participó el Obispo de Osma-Soria, Mons. Gerardo Melgar Viciosa; el Arzobispo de México (México), Cardenal Norberto Rivera Carrera y el Arzobispo de Puebla (México), Mons. Víctor Sánchez Espinosa; cinco cardenales, y 40 obispos y arzobispos y uno 160 sacerdotes.
Además, asistieron los presidentes de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y de Navarra, Miguel Sanz Sesma; el alcalde de Puebla de Los Ángeles de Méjico, Eduardo Rivera, y numerosas personalidades del mundo político, cultural y social.
Comisión para la Beatificación de Palafox
En junio de 2010, el Papa Benedicto XVI nombró una comisión de 15 personas –sacerdotes, seglares, expertos y amantes de la figura de Palafox– guiadas por el Vicario General de la Diócesis, Gabriel-Ángel Rodríguez Millán, para dar a conocer la figura de Palafox y su mensaje a los fieles.
El P. Rubén Tejedor, sacerdote de Osma-Soria y miembro de la "Comisión Palafox", explicó en declaraciones a ACI Prensa, que el evento le colma de gran alegría, "la beatificación de Palafox es una gracia enorme… ¡tan esperada! Demuestra la perenne belleza de la santidad y el triunfo infalible de la verdad".
El Proceso de Beatificación de Palafox se abrió en la Sede oxomense en el año 1666, tan solo siete años después de su muerte. "Contemplar a Palafox reconocido y propuesto por la Iglesia como alguien digno de ser llamado ‘feliz’, pues goza de la Felicidad permanente, es un tesoro inagotable que esperemos colme de bendiciones a la Iglesia que camina en Osma-Soria", agregó el Prelado.
España y Latinoamérica cuentan con un nuevo beato
Juan de Palafox y Mendoza nació en el seno de una familia noble y poderosa, y gobernó por encargo de su padre el marquesado de Ariza. Muerto su padre en 1625, asumió la tutoría de sus tres hermanastros.
Palafox acudió a las cortes de Aragón convocadas por Felipe IV y el conde duque de Olivares lo nombró fiscal del Consejo de Guerra y, más tarde, del Consejo de Indias. Durante esos años, Palafox llevó una vida que él mismo describiría más tarde como marcada por "todo género de vicios, de entretenimientos y desenfrenamiento de las pasiones".
Pero la grave enfermedad de su hermana y la muerte de personas cercanas a él lo llevaron a una conversión radical que desembocó a su ordenación sacerdotal en 1629.
En 1630 fue nombrado Obispo de Puebla de los Ángeles (México) y Virrey de Nueva España. Después de una ardua labor apostólica en México, regresó a España, donde falleció el 1 de octubre de 1659.
"La cama en que muero doy al hospital, para que de lo que procediese, se socorra a los pobres; quiero morir en la cárnica pobreza con que solía vivir, o si no, en el suelo, reconociendo la humildad con que debe acabar criatura tan miserable y a imitación de mi Señor Jesucristo, que murió en una cruz por mí", expresó Mons. Palafox en su testamento.
Fuente: www.aciprensa.com
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