El
padre Federico Lombardi, director de la Oficina de prensa de la Santa
Sede, salió al paso de las recientes publicaciones, conjeturas y ataques
contra la Iglesia, en unas declaraciones hechas ayer tarde a nuestra
emisora.
Tenemos que tener hoy firmeza y autocontrol, porque nadie puede sorprendernos de nada. El gobierno de EE.UU. ha tenido Wikileaks, y el Vaticano tiene ahora sus leaks, su fuga de documentos que tienden a crear confusión y desconcierto, y a dar una mala imagen del Vaticano, del gobierno de la Iglesia y de manera más amplia de la misma Iglesia. Por tanto calma y sangre fría, y sobre todo uso de la razón, cosa que no todos los medios de comunicación tienden a hacer.
Se trata, dijo el portavoz vaticano, de documentos de naturaleza y peso distinto, de momentos y situaciones diferentes. Una cosa es la gestión económica de una institución con muchas actividades materiales como es el Governatorato; otra, las cuestiones legales y normativas que se discuten y que es normal que generen diferentes opiniones; otra, son los apuntes delirantes que ninguna persona con la cabeza en su sitio puede admitir, como el supuesto complot contra el Papa.
Mezclarlo todo junto crea confusión. Una información seria debería saber distinguir las cuestiones y comprender el significado diferente. Es obvio, que las actividades económicas del Governatorato deben ser manejadas con prudencia y con rigor; está claro que el IOR y las actividades financieras deben encajar correctamente con las normas internacionales contra el lavado de dinero. Estas son claramente las indicaciones del Papa. Mientras es evidente que la historia de la conjura contra la vida del Papa, como acabo de decir, es un delirio, una locura, que no merece ser tomada en serio.
El padre Lombardi más adelante lamenta el hecho de que los documentos hayan salido del Vaticano al exterior de manera “desleal para crear confusión”. “La responsabilidad -dice- es tanto de quien los pasa y de quien los usa con el objetivo no ciertamente de amor a la pura a la verdad”. Por ello, dice el padre jesuita, debemos resistir y no dejarnos tragar por el vórtice de la confusión como quieren los malintencionados y ser capaces de razonar”. El director de la Oficina de prensa ha citado, luego el tema de la pedofilia.
“Ciertamente -ha dicho, que se verifiquen ataques tan fuertes es un signo de que de que está en juego algo importante”.
“A la gran serie de ataques a la Iglesia sobre el tema de los abusos sexuales, justamente, se ha respondido con un compromiso serio y profundo de previsora renovación. No con una respuesta de poca visión de futuro, sino de purificación y de renovación. Ahora hemos tomado en mano la situación y estamos desarrollando una fuerte estrategia de curación, renovación y de prevención para el bien de toda la sociedad”.
“Al mismo tiempo está en curso también -señala el padre Lombardi-, un serio compromiso para garantizar una verdadera transparencia del funcionamiento de las instituciones vaticanas, incluso desde el punto de vista económico. Se han publicado nuevas normas. Se han abierto canales de relaciones internacionales para el control” y sin embargo, advierte el padre Lombardi
Ahora, algunos de los documentos recientemente difundidos tienden precisamente a desacreditar este compromiso. Paradójicamente, esto nos da una razón más para perseguirlo con decisión, sin dejarnos impresionar. Si hay tantos que se encarnizan se ve que es importante. “Se equivoca y se engaña, quien cree que va a desalentar al Papa y a sus colaboradores en este esfuerzo”
En cuanto a la cuestión de las pretendidas luchas de poder en vista del próximo cónclave, el director de Radio Vaticano invita a observar que los papas elegidos en este siglo han sido todos personalidades del más alto e indiscutible valor espiritual”. “Está claro, dice, que los cardenales han tratado y tratan de elegir a alguien que merezca el respeto del pueblo de Dios y pueda servir a la humanidad de nuestro tiempo con gran autoridad moral y espiritual.
La lectura en clave “de luchas de poder internas”, depende en gran medida de la crudeza moral de quien la provoca y de quién la hace, y que a menudo no es capaz de ver otra cosa. Quien cree en Jesucristo, por suerte sabe que, a pesar de lo que digan o escriban los periódicos,
las verdaderas preocupaciones de los que tienen responsabilidad en la Iglesia son los problemas más graves que tiene la humanidad de hoy y de mañana. No en vano, creemos y hablamos también de la asistencia del Espíritu Santo”.
ER
Tenemos que tener hoy firmeza y autocontrol, porque nadie puede sorprendernos de nada. El gobierno de EE.UU. ha tenido Wikileaks, y el Vaticano tiene ahora sus leaks, su fuga de documentos que tienden a crear confusión y desconcierto, y a dar una mala imagen del Vaticano, del gobierno de la Iglesia y de manera más amplia de la misma Iglesia. Por tanto calma y sangre fría, y sobre todo uso de la razón, cosa que no todos los medios de comunicación tienden a hacer.
Se trata, dijo el portavoz vaticano, de documentos de naturaleza y peso distinto, de momentos y situaciones diferentes. Una cosa es la gestión económica de una institución con muchas actividades materiales como es el Governatorato; otra, las cuestiones legales y normativas que se discuten y que es normal que generen diferentes opiniones; otra, son los apuntes delirantes que ninguna persona con la cabeza en su sitio puede admitir, como el supuesto complot contra el Papa.
Mezclarlo todo junto crea confusión. Una información seria debería saber distinguir las cuestiones y comprender el significado diferente. Es obvio, que las actividades económicas del Governatorato deben ser manejadas con prudencia y con rigor; está claro que el IOR y las actividades financieras deben encajar correctamente con las normas internacionales contra el lavado de dinero. Estas son claramente las indicaciones del Papa. Mientras es evidente que la historia de la conjura contra la vida del Papa, como acabo de decir, es un delirio, una locura, que no merece ser tomada en serio.
El padre Lombardi más adelante lamenta el hecho de que los documentos hayan salido del Vaticano al exterior de manera “desleal para crear confusión”. “La responsabilidad -dice- es tanto de quien los pasa y de quien los usa con el objetivo no ciertamente de amor a la pura a la verdad”. Por ello, dice el padre jesuita, debemos resistir y no dejarnos tragar por el vórtice de la confusión como quieren los malintencionados y ser capaces de razonar”. El director de la Oficina de prensa ha citado, luego el tema de la pedofilia.
“Ciertamente -ha dicho, que se verifiquen ataques tan fuertes es un signo de que de que está en juego algo importante”.
“A la gran serie de ataques a la Iglesia sobre el tema de los abusos sexuales, justamente, se ha respondido con un compromiso serio y profundo de previsora renovación. No con una respuesta de poca visión de futuro, sino de purificación y de renovación. Ahora hemos tomado en mano la situación y estamos desarrollando una fuerte estrategia de curación, renovación y de prevención para el bien de toda la sociedad”.
“Al mismo tiempo está en curso también -señala el padre Lombardi-, un serio compromiso para garantizar una verdadera transparencia del funcionamiento de las instituciones vaticanas, incluso desde el punto de vista económico. Se han publicado nuevas normas. Se han abierto canales de relaciones internacionales para el control” y sin embargo, advierte el padre Lombardi
Ahora, algunos de los documentos recientemente difundidos tienden precisamente a desacreditar este compromiso. Paradójicamente, esto nos da una razón más para perseguirlo con decisión, sin dejarnos impresionar. Si hay tantos que se encarnizan se ve que es importante. “Se equivoca y se engaña, quien cree que va a desalentar al Papa y a sus colaboradores en este esfuerzo”
En cuanto a la cuestión de las pretendidas luchas de poder en vista del próximo cónclave, el director de Radio Vaticano invita a observar que los papas elegidos en este siglo han sido todos personalidades del más alto e indiscutible valor espiritual”. “Está claro, dice, que los cardenales han tratado y tratan de elegir a alguien que merezca el respeto del pueblo de Dios y pueda servir a la humanidad de nuestro tiempo con gran autoridad moral y espiritual.
La lectura en clave “de luchas de poder internas”, depende en gran medida de la crudeza moral de quien la provoca y de quién la hace, y que a menudo no es capaz de ver otra cosa. Quien cree en Jesucristo, por suerte sabe que, a pesar de lo que digan o escriban los periódicos,
las verdaderas preocupaciones de los que tienen responsabilidad en la Iglesia son los problemas más graves que tiene la humanidad de hoy y de mañana. No en vano, creemos y hablamos también de la asistencia del Espíritu Santo”.
ER
radiovaticana.org
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