Benedicto XVI recuerda que canonizará a las Beatas Kateri Tekakwitha y Marianne Cope, destaca el importante papel de la mujer en la Iglesia y pide oraciones para que los cristianos puedan proclamar el Evangelio en todo el mundo. El Santo Padre recibió este mediodía a unos 120 miembros de la "Papal Foundation", la asociación caritativa católica estadounidense instituida en Filadelfia (EE.UU.) en 1990, por el fallecido cardenal John Krol.
Con su bienvenida a estos queridos amigos, en lo que ya es una cita anual, que coincide con la peregrinación que realizan todos los años a Roma, y deseándoles que su visita a las tumbas de los apóstoles y mártires fortalezca su amor por el Señor crucificado y resucitado y su compromiso al servicio de su Iglesia, el Santo Padre les expresó su profunda gratitud:
«Me alegra tener esta oportunidad, para agradecerles personalmente por su ayuda, en la amplia variedad de apostolados que están en el corazón del Sucesor de Pedro».
En particular, este año, Benedicto XVI destacó su alegría ante la próxima canonización de dos nuevas santas norteamericanas, modelos del importante papel de la mujer en la Iglesia:
«En los próximos meses, tendré el honor de canonizar a dos nuevas santas de América del Norte. La Beata Kateri Tekakwitha y la Beata Madre Marianne Cope son consoladores ejemplos de santidad y de heroica caridad, pero además ellas nos recuerdan el papel histórico desempeñado por la mujer en la edificación de la Iglesia en América. Que con su ejemplo y su intercesión, todos puedan ser confirmados en la búsqueda de la santidad y en sus esfuerzos para contribuir al crecimiento del Reino de Dios en los corazones de la gente de hoy».
Tras recordar la apreciada misión de esta Fundación Papal, de promover la primordial tarea de la Iglesia, que es la evangelización, promoviendo asimismo la educación y el desarrollo integral de nuestros hermanos y hermanas, en los países más pobres e impulsando las iniciativas misioneras de tantas diócesis y congregaciones religiosas de todo el mundo, el Papa les encomendó una oración especial por la Iglesia y para que los cristianos puedan proclamar en todo el mundo la luz y la paz de Cristo:
«En estos días les pido que sigan rezando por las necesidades de la Iglesia universal y, en especial, por la libertad de los cristianos de proclamar el Evangelio, llevando su luz a los apremiantes problemas morales de nuestro tiempo. Con gran afecto los encomiendo a todos, juntos con sus familias a la intercesión amorosa de María, Madre de la Iglesia, impartiendo de corazón mi bendición apostólica como prenda de alegría y paz en el Señor Resucitado».
(CdM - RV)
No hay comentarios:
Publicar un comentario