En la sencillez de la oración
Procedente de Castelgandolfo —donde estaba desde la tarde del domingo de Pascua—, Benedicto XVI regresó al final del viernes 13 de abril al Vaticano. El Papa adelantó cuarenta y ocho horas su vuelta para recibir a su hermano, monseñor Georg Ratzinger, quien pasará con él los próximos días de celebraciones particularmente significativas: el 85
cumpleaños, el lunes 16; el séptimo aniversario de la elección como sucesor del apóstol Pedro, el jueves 19, y el del solemne inicio del pontificado, el martes 24. Las imágenes que publicamos muestran un momento de la oración de Laudes que los dos hermanos rezaron juntos esta mañana, en la capilla privada del Pontífice, tras la celebración de la misa.
Y es precisamente en la sencillez de la oración diaria como “L'Osservatore Romano” se une a sus lectores y a muchísimas otras personas en todo el mundo —mujeres y hombres, también más allá de diversidades religiosas— en el deseo de un feliz cumpleaños a Benedicto XVI. Quien cree jamás está solo, ama repetir el Papa, expresando con esta frase la realidad misteriosa e invisible, pero no por ello menos verdadera, de la comunión de los santos. Y Benedicto XVI ciertamente no está solo, porque le rodea el afecto de personas próximas y lejanas y la amistad de los santos: ad multos annos, beatissime pater, ad multos et felicissimos annos!
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