Boko Haram sigue matando en medio de la crisis de la gasolina
Continúa la crisis de la gasolina en Nigeria, con huelga general contra
la decisión del gobierno de eliminar los subsidios a la población para
la compra de gasolina. A ello se añade la violencia de los grupos
religiosos fundamentalistas como Boko Haram contra los cristianos, que
se ha cobrado otras cuatro vidas.
Este miércoles –según informaba, en noticia fechada en Abuja, el 12 de enero, el diario vaticano L'Osservatore Romano--,
cuatro cristianos fueron asesinados en Potiskum, en el estado
nororiental de Yobe, uno de los lugares donde existe el mayor número de
miembros del grupo fundamentalista islámico Boko Haram, el cual se
atribuyó la responsabilidad de los sanguinarios ataques contra las
comunidades cristianas en la última Navidad.
Según testigos citados por agencias internacionales de noticias, el
automóvil con los cuatro se detuvo en una estación de servicio en las
afueras de la ciudad y algunos supuestos miembros de Boko Haram abrieron
fuego. Fuentes locales indicaron que los cuatro pertenecían al grupo
étnico igbo, que se encuentra principalmente en el sur de Nigeria, de
mayoría cristiana. Según estas fuentes, el automóvil de las víctimas
estaba lleno de maletas, lo que podría apoyar la idea de que estaban
huyendo de la ciudad.
En los últimos días, Boko Haram ha dado un ultimátum a todos los
cristianos para que abandonen las regiones del norte del país. La
policía se limitó a confirmar el asesinato de los cuatro, pero no dio
información sobre su identidad ni la de los atacantes.
Potiskum, uno de los lugares donde está en vigor, desde el 31 de
diciembre, el estado de emergencia declarado por el presidente nigeriano
Goodluck Jonathan, fue hace dos días escenario de un atentado de
militantes Boko Haram en un bar frecuentado por cristianos, que mató a
ocho personas, tres civiles --entre ellos un niño--, y a cinco policías.
Mientras tanto, muchas personas participan en protestas por todo el
país. Parece no haber tenido ningún efecto la orden del gobierno de
declarar ilegal la huelga, y reducir el sueldo a los que participan.
También amenazaron con unirse a la huelga los dos sindicatos de
trabajadores de las principales petroleras, que hasta ahora no han
detenido su producción.
La manifestación más impresionante fue en Lagos, donde alrededor de
diez mil personas salieron a las calles en Kano y en Minna, donde por
los enfrentamientos murió un policía.
Cuando sigue vigente desde el 1 de enero el aumento triplicado del
precio de los combustibles, lo que ha generado una fuerte ola de
protestas, la tensión parece aumentar aún más tras el anuncio de los
gremios del petróleo de que suspenderán la producción de crudo el
domingo próximo.
De darse el paro en las plataformas petrolíferas de Nigeria, primer
país productor de crudo en África, con 2,4 millones de barriles al día,
los precios del combustible se elevarán aún más en los mercados
externos, vaticinan los analistas.
Tanto en las principales ciudades de Lagos y Abuja, como en otras
demarcaciones nigerianas, esta semana cientos de miles de personas se
lanzaron a las calles y cerraron centros laborales, comercios y
escuelas, para obligar al Ejecutivo a restablecer la subvención
petrolera.
La eliminación de ese subsidio significa en territorio nigeriano no
solo el encarecimiento del gas doméstico, la gasolina y el petróleo,
sino también el aumento de las tarifas de transporte, alimentos y otros
bienes, lo que a la postre dañará a los más pobres.
Por otra parte, Boko Haram y otros grupos implicados podrían “ser
responsables de crímenes contra la humanidad", afirmó la alta
comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. Todo ello
en el supuesto de que se demuestre que han realizado atentados
sistemáticos y generalizados contra civiles, por razones que incluyan su
pertenencia étnica o religiosa.
Pillay instó a los líderes religiosos y de opinión, a nivel nacional y
local, a que se unan de manera decidida para "poner fin a la espiral de
violencia sectaria" y que eviten "caer en la trampa" de realizar
declaraciones provocadoras.
Consideró que es esencial que los líderes de las comunidades
musulmana y cristiana condenen conjuntamente la violencia y recomendó
que pidan a sus seguidores que colaboren en la identificación y
detención de quienes participen en asesinatos y otros actos violentos.
zenit.org
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