La
Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice introdujo
algunas novedades en los consistorios ordinarios públicos para la
creación de nuevos cardenales. Con la aprobación del Santo Padre, el
rito hasta ahora en vigor ha sido revisado y simplificado. De este modo
se unifican los tres momentos de la imposición de la birreta, la entrega
del anillo cardenalicio y la asignación del título o de la diaconía, a
la vez que cambian las oraciones colecta y conclusiva; y la proclamación
de la palabra de Dios asume una forma más breve. Recordamos a nuestros
oyentes que Benedicto XVI anunció el pasado 6 de enero la celebración de
un consistorio, el próximo 18 de febrero, en el que creará 22 nuevos
miembros del Colegio Cardenalicio, en el que será el cuarto consistorio
de su pontificado.
Por su parte, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas recuerda que la reforma litúrgica iniciada por el Concilio Vaticano II también se refirió a los ritos consistoriales de imposición de la birreta y asignación del título a los nuevos cardenales; y que el texto renovado de la celebración fue usado por primera vez en abril de 1969 por el Papa Pablo VI. El nuevo ritual fue redactado con el criterio de colocar en un ámbito litúrgico algo que de por sí no formaba parte de dicho ámbito, evitando cualquier elemento que pudiera dar la idea de un "sacramento del cardenalato", dado que los consistorios, históricamente, nunca se habían considerado como rito litúrgico, sino como una reunión del Papa y con los cardenales en relación con el gobierno de la Iglesia.
Teniendo en cuenta estos aspectos de la historia pasada y reciente, y en una línea de continuidad con la actual forma del consistorio y de sus elementos principales, se ha revisado y simplificado la praxis vigente. Se retoman del rito de 1969 la oración colecta y la oración conclusiva, ya que son muy ricas en contenido. Al mismo tiempo, la proclamación de la Palabra de Dios asume de nuevo una forma más breve, propia del rito de 1969, con la lectura del Evangelio de Marco. Y se integra la entrega del anillo cardenalicio en el mismo rito, mientras que antes de la reforma de 1969 la birreta roja se imponía en el consistorio público, seguido del consistorio secreto, en el que se entregaba el anillo y se asignaba la iglesia titular o la diaconía. Hoy en día, la distinción entre consistorio público y privado de hecho ya no se observa, por lo que parece más coherente incluir en el mismo rito los tres momentos significativos de la creación de nuevos cardenales. En cambio se conserva la concelebración del Papa con los nuevos cardenales en la Misa del día siguiente, que inicia con las palabras de homenaje y gratitud que el primero de los purpurados dirige al Pontífice en nombre de todos los demás. (MFB – RV).
Por su parte, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas recuerda que la reforma litúrgica iniciada por el Concilio Vaticano II también se refirió a los ritos consistoriales de imposición de la birreta y asignación del título a los nuevos cardenales; y que el texto renovado de la celebración fue usado por primera vez en abril de 1969 por el Papa Pablo VI. El nuevo ritual fue redactado con el criterio de colocar en un ámbito litúrgico algo que de por sí no formaba parte de dicho ámbito, evitando cualquier elemento que pudiera dar la idea de un "sacramento del cardenalato", dado que los consistorios, históricamente, nunca se habían considerado como rito litúrgico, sino como una reunión del Papa y con los cardenales en relación con el gobierno de la Iglesia.
Teniendo en cuenta estos aspectos de la historia pasada y reciente, y en una línea de continuidad con la actual forma del consistorio y de sus elementos principales, se ha revisado y simplificado la praxis vigente. Se retoman del rito de 1969 la oración colecta y la oración conclusiva, ya que son muy ricas en contenido. Al mismo tiempo, la proclamación de la Palabra de Dios asume de nuevo una forma más breve, propia del rito de 1969, con la lectura del Evangelio de Marco. Y se integra la entrega del anillo cardenalicio en el mismo rito, mientras que antes de la reforma de 1969 la birreta roja se imponía en el consistorio público, seguido del consistorio secreto, en el que se entregaba el anillo y se asignaba la iglesia titular o la diaconía. Hoy en día, la distinción entre consistorio público y privado de hecho ya no se observa, por lo que parece más coherente incluir en el mismo rito los tres momentos significativos de la creación de nuevos cardenales. En cambio se conserva la concelebración del Papa con los nuevos cardenales en la Misa del día siguiente, que inicia con las palabras de homenaje y gratitud que el primero de los purpurados dirige al Pontífice en nombre de todos los demás. (MFB – RV).
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