A mediodía, asomándose a la ventada de su estudio en la plaza de san Pedro, Benedicto XVI ha insistido ante miles de fieles y peregrinos, que la gran fiesta de Pentecostés nos hace revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo.
Jesús, resucitado y ascendido al cielo, envía su Espíritu a la Iglesia, a fin de que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y llegar a ser su válido testigo en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, vence la aridez, abre los corazones a la esperanza, anima y favorece en nosotros la madurez interior en la relación con Dios y con el prójimo.
En este contexto de la solemnidad de hoy, el Santo Padre ha anunciado que el próximo 7 de octubre, al inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, proclamará a san Juan de Ávila y a santa Hildegarda de Bingen, Doctores de la Iglesia universal.
Dos grandes testigos de la fe: Hildegarda fue monja benedictina en el corazón del Medioevo alemán, auténtica maestra de teología y profunda estudiosa de las ciencias naturales y de la música. Mientras que Juan, sacerdote diocesano en los años del renacimiento español, participó en el afán de la renovación cultural y religiosa de la Iglesia y de la coordinación en los albores de la modernidad.
Pero la santidad de la vida y la profundidad de la doctrina los hacen perennemente actuales: en efecto, la gracia del Espíritu Santo, los proyectó hacia esa experiencia de penetrante comprensión de la revelación divina y de diálogo inteligente con el mundo que constituyen el horizonte permanente de la vida y de la acción de la Iglesia.
“Sobre todo a la luz del proyecto de una nueva evangelización, a la que será dedicada la mencionada Asamblea del Sínodo de los Obispos, y a la vigilia del Año de la Fe, estas dos figuras de Santos y Doctores se presentan con relevante importancia y actualidad”, ha señalado el Santo Padre.
Como siempre, después del rezo del Regina Coeli, el Santo Padre ha saludado en distintas lenguas. Ha recordado, en primer lugar, que esta mañana en Vannes, Francia, ha sido proclamada Beata la Madre Louise-Élisabeth Molé, “ejemplar testimonio del amor por Dios y por el prójimo”.
La fundadora de las Hermanas de la Caridad de San Luis, que vivió a caballo entre los siglos XVIII y XIX “nos enseña -ha ha dicho el Papa- cómo, con la ayuda del Espíritu Santo, podemos abrir nuestro corazón con dulzura para reunirnos con los demás, en sus diferencias, fragilidades y pobreza”.
El Papa ha recordado también, que el próximo viernes, 1° de junio, viajará a Milán, donde tendrá lugar el VII Encuentro Mundial de las Familias. “Invito a todos -ha dicho- a seguir este evento y a rezar para que tenga un éxito completo.
Saludando a los peregrinos de lengua checa, el Papa ha recordado que en estos días inauguran, aquí en Roma, el año jubilar de los santos Cirilo y Metodio.
A los peregrinos eslovacos el Obispo de Roma les recordó que con ocasión de esta solemnidad de Pentecostés nosotros, los cristianos, nos dirigimos con devoción particular al Espíritu Santo. Por esta razón les deseo que Él llene sus corazones y guíe sus mentes, a fin de que no se acomoden a la mentalidad de este siglo, sino que sean “partícipes de los frutos de la Resurrección de Cristo”.
El Papa se dirigió a los fieles polacos abrazando con su pensamiento a los peregrinos que se reúnen a los pies de María en Piekary Slaskie. Y los invitó, en esta solemnidad de Pentecostés a abrir los corazones y las mentes a su acción, pidiendo incesantemente que enardezca su fe, su esperanza y su amor con la llama de la gracia de Dios. A la vez que les deseó que “la viva experiencia de la presencia del Espíritu Paráclito los colme de paz”.
Por último, el Obispo de Roma dirigió un saludo cordial a los peregrinos italianos, de modo particular a la Asociación Italiana de Esclerosis Múltiple y a la Fundación “Gigi Ghirotti”, a las cuales manifestó su aprecio por el empeño de dar apoyo y esperanza a tantas personas en el sufrimiento. De la misma manera el Papa saludó a la Misericordia de la Santa Cruz en el Arno y a la Federación Italiana de Tiro con Arco. Y antes de desear feliz domingo a todos, el Pontífice dirigió un saludo especial a los representantes de la Policía del Estado, que festejan 160 años de fundación.
Benedicto XVI deseó feliz domingo a los peregrinos procedentes de América Latina y de España con las siguientes palabras:
(Audio) Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana. Hoy, día de Pentecostés, la liturgia alaba al Espíritu Santo por haber congregado a su Iglesia en la confesión de una misma fe, infundiéndole el conocimiento de Dios. Pidamos que el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, nos siga enseñando y dando la fuerza necesaria para ser testigos ante el mundo de Cristo Redentor, y en todo el orbe se ensalce e invoque al tres veces Santo. Feliz domingo.
Texto completo de la alocución dominical del Santo Padre:
¡Queridos hermanos y hermanas!
Hoy celebramos la gran fiesta de Pentecostés, que lleva a cumplimiento el Tiempo de Pascua, cincuenta días después del Domingo de Resurrección. Esta solemnidad nos hace recordar y revivir la efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y los demás discípulos, reunidos en oración con la Virgen María en el Cenáculo (Cfr. Hch 2, 1-11). Jesús, resucitado y ascendido al cielo, envía su Espíritu a la Iglesia, a fin de que cada cristiano pueda participar en su misma vida divina y llegar a ser su válido testigo en el mundo. El Espíritu Santo, irrumpiendo en la historia, vence la aridez, abre los corazones a la esperanza, anima y favorece en nosotros la madurez interior en la relación con Dios y con el prójimo.
El Espíritu, que “ha hablado por medio de los profetas”, con los dones de la sabiduría y de la ciencia sigue inspirando a las mujeres y a los hombres que se empeñan en la búsqueda de la verdad, proponiendo vías originales de conocimiento y de profundización del misterio de Dios, del hombre y del mundo. En este contexto, me alegra anunciar que el próximo 7 de octubre, al inicio de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, proclamaré a san Juan de Ávila y a santa Hildegarda de Bingen Doctores de la Iglesia universal.
Estos dos grandes testigos de la fe vivieron en períodos históricos y ambientes culturales muy diversos. Hildegarda fue monja benedictina en el corazón del Medioevo alemán, auténtica maestra de teología y profunda estudiosa de las ciencias naturales y de la música. Juan, sacerdote diocesano en los años del renacimiento español, participó en el afán de la renovación cultural y religiosa de la Iglesia y de la coordinación en los albores de la modernidad. Pero la santidad de la vida y la profundidad de la doctrina los hacen perennemente actuales: en efecto, la gracia del Espíritu Santo, los proyectó hacia esa experiencia de penetrante comprensión de la revelación divina y de diálogo inteligente con el mundo que constituyen el horizonte permanente de la vida y de la acción de la Iglesia.
Sobre todo a la luz del proyecto de una nueva evangelización, a la que será dedicada la mencionada Asamblea del Sínodo de los Obispos, y a la vigilia del Año de la Fe, estas dos figuras de Santos y Doctores se presentan con relevante importancia y actualidad. También en nuestros días, a través de su enseñanza, el Espíritu del Señor resucitado sigue haciendo resonar su voz e iluminado el camino que conduce a esa única Verdad que puede hacernos libres y dar sentido pleno a nuestra vida.
Rezando ahora juntos el Regina Coeli, invoquemos la intercesión de la Virgen María a fin de que obtenga que la Iglesia sea animada poderosamente por el Espíritu Santo, para testimoniar a Cristo con franqueza evangélica y para que se abra cada vez más a la plenitud de la verdad.
Como es costumbre, después del rezo del Regina Coeli, el Papa saludó en diversas lenguas a los grupos de fieles y peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro. Hablando en italiano, Su Santidad comenzó diciendo:
¡Queridos hermanos y hermanas!
Esta mañana en Vannes, Francia, ha sido proclamada Beata Mère Saint-Louis, en el siglo Louise-Élisabeth Molé, fundadora de las Religiosas de la Caridad de San Luis, que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Demos gracias a Dios por este testigo ejemplar del amor por Dios y por el prójimo.
Asimismo recuerdo que el próximo vienes, 1° de junio, iré a Milán, donde tendrá lugar el VII Encuentro Mundial de las Familias. Invito a todos a seguir este evento y a rezar por su buen éxito.
El Santo Padre saludó cordialmente a los peregrinos de la República Checa, que en estos días inauguran en Roma el Año jubilar de los santos Cirilo y Metodio, deseándoles la paz.
A los peregrinos eslovacos el Obispo de Roma les recordó que con ocasión de esta solemnidad de Pentecostés nosotros, los cristianos, nos dirigimos con devoción particular al Espíritu Santo. Por esta razón les deseo que Él llene sus corazones y guíe sus mentes, a fin de que no se acomoden a la mentalidad de este siglo, sino que sean “partícipes de los frutos de la Resurrección de Cristo”.
El Papa se dirigió a los fieles polacos abrazando con su pensamiento a los peregrinos que se reúnen a los pies de María en Piekary Slaskie. Y los invitó, en esta solemnidad de Pentecostés a abrir los corazones y las mentes a su acción, pidiendo incesantemente que enardezca su fe, su esperanza y su amor con la llama de la gracia de Dios. A la vez que les deseó que “la viva experiencia de la presencia del Espíritu Paráclito los colme de paz”.
Por último, el Obispo de Roma dirigió un saludo cordial a los peregrinos italianos, de modo particular a la Asociación Italiana de Esclerosis Múltiple y a la Fundación “Gigi Ghirotti”, a las cuales manifestó su aprecio por el empeño de dar apoyo y esperanza a tantas personas en el sufrimiento. De la misma manera el Papa saludó a la Misericordia de la Santa Cruz en el Arno y a la Federación Italiana de Tiro con el Arco. Y antes de desear feliz domingo a todos, el Pontífice dirigió un saludo especial a los representantes de la Policía del Estado, que festejan 160 años de fundación.
Benedicto XVI deseó feliz domingo a los peregrinos procedentes de América Latina y de España con las siguientes palabras:
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana. Hoy, día de Pentecostés, la liturgia alaba al Espíritu Santo por haber congregado a su Iglesia en la confesión de una misma fe, infundiéndole el conocimiento de Dios. Pidamos que el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, nos siga enseñando y dando la fuerza necesaria para ser testigos ante el mundo de Cristo Redentor, y en todo el orbe se ensalce e invoque al tres veces Santo. Feliz domingo.
(Traducción de María Fernanda Bernasconi – RV).
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