El Cardenal Juan Luis Cipriani presidió una multitudinaria misa en la Plaza de Acho de Lima, por la Solemnidad de Pentecostés, el domingo 12 de junio animando a los fieles de la Renovación Carismática Católica de Lima a cuidar la familia como el lugar privilegiado donde actúa el Espíritu Santo.
“El lugar privilegiado del Espíritu Santo es la familia. Cuidemos la familia, a los papás, a las mamás, a los esposos; cuidemos a la juventud; amémonos unos a otros. El Espíritu Santo está con muchas ganas de actuar pero te pide docilidad”, recordó el Arzobispo de Lima.
Asimismo, el Cardenal Cipriani manifestó su dolor cuando en el país se escuchan palabras de odio que buscan dividir a nuestros compatriotas. Por ello insistió en la importancia de una reconciliación nacional.
“Me duele este querido Perú cuando escucho gritos y voces de odio, resentimiento, qué pena que no sepamos perdonarnos. El perdón nos hace ser grandes, alegres, magnánimos. Aprendamos a perdonar, la mansedumbre es parte de ese espíritu de la piedad”, señaló.
El Pastor de Lima también animó a los miembros de la Renovación Carismática a privilegiar momentos de oración
“El Espíritu Santo está muy activo no solo cuando se canta, también cuando en el silencio de la oración el Señor entra al alma, te busca y te dice: limpia ese rincón, deja esa amistad que te hace daño, ten paciencia con tu hijo, perdona a tu marido, acércate a la confesión, ayuda aquél enfermo, visítalo. Ánimo limpia el alma”.
“Tenemos que estar horas de rodillas delante del santísimo sacramento, implorando con fe y humildad: protégenos Dios mío, me refugio en ti. Necesitamos recurrir a ti, a tu ayuda y tu perdón. Sin oración el demonio nos come. “Sin oración no hay paz, sin el Espíritu Santo no hay Iglesia. Nuestro camino es de esfuerzo y lucha, pero alegre”, prosiguió”, reflexionó.
El Sacramento de la Confesión
En otro momento, el Arzobispo de Lima, exhortó a los miembros de la Renovación Carismática a acercarse cotidianamente al sacramento de la Confesión, para recibir el perdón por los pecados.
“Acudir a la confesión, ir bien preparados para no aburrir al sacerdote, que sea una confesión breve, completa, concreta y con el propósito bien hecho, arrepentidos, pero confesión personal, necesito la absolución para que el Espíritu Santo quite la basura que se ha metido en el alma”, reconoció.
Unidad con el obispo
Finalmente el Cardenal Cipriani pidió a los más de diez mil fieles congregados en la Plaza de Acho vivir una unidad con el obispo, manifestada en la oración.
“En la Arquidiócesis hay un solo Padre que es este pobre hombre, este es el obispo, este es Cristo aquí en Lima, y sabe que tiene en la familia, diferentes hijos y uno de ellos es este grupo maravilloso carismático y por eso lo acoge con cariño. No se olviden de rezar un poquito por este pastor que los quiere mucho y que porque los quiere, de vez en cuando lo maltratan un poquito”, culminó.
Concelebraron con el Cardenal Cipriani, el Padre Víctor Solis, Asesor de la Renovación Carismática de Lima; así como sacerdotes de la arquidiócesis.
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