“La sabiduría y el conocimiento iluminan aquellos aspectos que hay que tener en cuenta al hacer un examen, pero qué importante que ustedes fiscales tengan un corazón recto y limpio porque están siempre en ese ambiente en el cual el dolor, el delito, el miedo, el maltrato y la pobreza de la dimensión humana se manifiesta”, manifestó el Cardenal Juan Luis Cipriani en la Santa Misa que presidió en la Basílica Catedral de Lima por el 31° aniversario del Ministerio Público y Día del Fiscal, el viernes 11 de mayo.
Mencionó que los fiscales tienen el deber de levantar el nivel de esas personas y de esas circunstancias, actuando siempre fieles a la verdad, a la justicia y a la dignidad de las personas.
“Eso no está en los libros, no puede estar en las leyes humanas, eso está en la ley de Dios y está en tu propia conciencia. Eso, con la oración, con el examen de conciencia, con la confianza en Dios, poco a poco, permitirá que avancemos en ese amor de unos a otros”, continuó.
Afirmó que todo organismo, de alguna manera, debe reflejar una familia en donde se comparten alegrías y preocupaciones, pero donde siempre se trabaja en unidad y buscando el bien común.
“En esta ocasión, le pido a Dios que siempre los ilumine en ese trabajo esforzado, en esa dedicación de tiempo a la que todos estamos invitados por Dios y a colaborar para que la sociedad viva en paz, en el bien, en la justicia”, reflexionó.
En otro momento, señaló que los conocimientos de las personas pasan a través del corazón, ese espacio interior en donde fluctúan una serie de sentimientos y donde influyen los familiares, los amigos, las costumbres y la cercanía con Dios. Asimismo, recordó la importancia de rescatar los valores que nos definen como personas.
“En estos tiempos, pienso que hay que poner un empeño especial para que ese corazón, ese conjunto de sentimientos, virtudes y reacciones personales se purifiquen. Un corazón recto permanentemente va limpiando su vida de las normales inclinaciones al egoísmo, a la venganza, a la impaciencia; esas tendencias que día a día tenemos que luchar para que se vayan purificando y prevalezca el amor a Dios, a mi esposa, a mis hijos, el amor a la gente, el amor al prójimo”, expresó.
Finalmente, los animó a no ceder ante las dificultades habituales en la que trabajan y a luchar por los principios de verdad, honradez y para que devuelvan a la sociedad la confianza.
“A ustedes les toca, en nombre del Estado, purificar, limpiar, levantar ese nivel, devolver la estima personal a tanta gente; y eso hará que brille la justicia y sobre todo que les dará a cada uno una paz interior de estar actuando con rectitud”, exhortó.
“Le pediré a Dios con mucha fe que bendiga a estos hermanos nuestros y a sus familias, que bendiga a toda la familia del Ministerio Público para que con gozo, con paz, con amistad y unidos, colaboren para que la sociedad peruana sea más justa, solidaria y fraterna”, concluyó.
Participaron de la Santa Misa el Dr. José Antonio Peláez Bardales, Fiscal de la Nación; así como fiscales superiores, fiscales de todas las instancias, personal del Instituto Nacional de Medicina Legal, funcionarios y administrativos del Ministerio Público.
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