Intervención del obispo de San
Sebastián
Monseñor José Ignacio Munilla,
obispo de San Sebastián, asegura que el contacto de la iglesia con el joven
tiene que ser más directo, a causa del impacto profundo en la persona del
proceso de secularización.
“Sería ridículo decir que las
cosas van bien en la transmisión de la fe. Nos preocupa mucho la evangelización
en el tiempo en el que la secularización está siendo un gran tsunami”, afirmó
el prelado vasco durante su intervención en el curso de verano “Los jóvenes y
la Iglesia” en la Universidad Rey Juan Carlos.
“La evangelización de los jóvenes
se hace desde un gran respeto y cariño, pero nunca hay que idolatrar a la
juventud, pues tenemos que tener a la madurez como meta, no a la juventud
permanente”, subrayó Munilla.
Con estas palabras, el prelado
abordó la realidad cultural española, donde “el contexto de la iglesia con el
joven tiene que ser más directo, porque todo el proceso de secularización ha
afectado profundamente el interior de la persona”.
Aseguró que “la emergencia
educativa es mayor en España que en otras partes del mundo. Nuestra situación
es especial, hemos vivido sin cuidar lo esencial.”, añadiendo que “se ha robado
el alma cristiana de nuestra nación”.
“La influencia social ha sido
brutal, se ha ido creando una desafección hacia la Iglesia católica”, subrayó,
destacando que aún así, son muchos los que caminan con la Iglesia.
El obispo de San Sebastián ha
manifestado que “la ideología de género es como una metástasis del marxismo. La
impresión que nos da es que el marxismo, aunque ha caído como modelo económico,
sigue queriendo ser modelo antropológico”
Ante la cuestión sobre qué ofrece
la Iglesia a los Jóvenes, Munilla ha dicho que “su deseo de felicidad entronca
con el deseo de Cristo de contestar sus preguntas, presentar la propuesta,
mensaje de salvación, de felicidad.” Para ello, “el acompañamiento personal es
fundamental. En esto nos jugamos el fruto debido de respuesta madura, porque el
joven necesita curar sus heridas, afectivas, intelectuales y psicológicas.”
El responsable en la Conferencia
Episcopal Española de la Pastoral de la Juventud ha añadido que “necesitamos
presentar un proyecto coherente con un sentido ético que no deje de lado la
dimensión afectiva. El Evangelio para los jóvenes es acompañar también a otros
en el mundo del dolor y del sufrimiento, en contra del narcisismo imperante que
nos invade, olvidándose de sí mismo para poder ser seguidor de Cristo”.
También ha dicho que “los
espacios de encuentro son necesarios como lugares alternativos para poder
presentar el proyecto y vivir desde la fe”.
El obispo vasco ha propuesto tres
modelos para sumar a la pastoral juvenil: la experiencia San Juan Bosco,
centrada en compartir el tiempo con los jóvenes; ser testigo y referente, como
hiciera Juan Pablo II, y ayudarles a tener capacidad crítica ante el
relativismo, como está haciendo Benedicto XVI .
Finalmente se ha referido a la
Jornada Mundial de la Juventud como “la llamada del Papa y el encuentro de
jóvenes que se encuentran con otros jóvenes ampliando el horizonte, donde
necesariamente el acompañamiento de los sacerdotes les dará hondura y
profundidad, y conciencia de paternidad y maternidad de la Iglesia”,
diferenciándola del paternalismo.
En su conclusión, destacó la
importancia de que “Benedicto XVI va a poner a los jóvenes del mundo ante la
presencia de Jesús, hermano, amigo y redentor del mundo, pidiendo que puedan
tener siempre el corazón de Cristo a su lado”.
Fuente: www.zenit.org
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